El ex presidente cubano Fidel Castro se desmarcó este viernes de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y criticó como prácticas "objetivamente crueles" de esa insurgencia el secuestro y toma de rehenes en las precarias condiciones de la selva. Por Patricia Grogg de IPS.
Una fuente académica confió a IPS que la fuerte crítica a las prácticas de las FARC no es nueva, aunque quizás puede ser ésta la primera ocasión en que se hace pública.
"Por elemental sentimiento de humanidad, nos alegró la noticia de que Ingrid
Betancourt, tres ciudadanos norteamericanos y otros cautivos habían sido
liberados", dijo Castro en una de sus habituales columnas de opinión, que
publica el diario oficial Granma bajo el cintillo de "Reflexiones del compañero
Fidel".
Castro reservó para los tramos finales de su columna, "La
historia real y el desafío de los periodistas cubanos", sus comentarios sobre la
liberación el miércoles de Betancourt, de nacionalidad franco-colombiana, de
tres contratistas estadounidenses de la lucha contrainsurgente en Colombia y de
11 militares y policías colombianos.
Los cautivos permanecieron entre
seis y más de 10 años en poder de las FARC, que aspiraban a canjearlos por
guerrilleros presos. A juicio del ex gobernante cubano, "ningún propósito
revolucionario" podría justificar el secuestro de civiles, ni la retención "como
prisioneros" de los uniformados "en las condiciones de la selva".
Tras
considerar esos hechos "objetivamente crueles", el octogenario líder de la
Revolución Cubana, contrastó estas conductas con la práctica de la guerrilla que
comandó en la Sierra Maestra, macizo montañoso del oriente de Cuba, hasta
derrocar al dictador Fulgencio Batista, el 1 de enero de 1959.
"En Cuba
ganamos nuestra guerra revolucionaria poniendo de inmediato en libertad y sin
condición alguna a los prisioneros. Entregábamos a la Cruz Roja Internacional a
los soldados y oficiales capturados en cada batalla, ocupando sólo sus armas.
Ningún soldado las depone si lo espera la muerte o un tratamiento cruel",
indicó.
Se trata de la primera reacción de La Habana a la liberación de
la política colombiana y demás cautivos de la guerrilla.
Una fuente
académica confió a IPS que la fuerte crítica a las prácticas de las FARC no es
nueva, aunque quizás puede ser ésta la primera ocasión en que se hace pública.
"Cuba ha apoyado siempre el diálogo y la negociación como fórmula de
solución para conflictos políticos", indicó esa fuente. Entre 2005 y el año
pasado, La Habana ha sido escenario de conversaciones entre el gobierno de
Colombia y el también izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN), que
hasta ahora no fructificaron.
A juicio de Castro, la liberación el 10 de
enero de las políticas colombianas Clara Rojas y Consuelo González, rehenes de
las FARC desde 2002 y 2001, respectivamente, "abría un capítulo de paz para
Colombia, proceso que Cuba viene apoyando desde hace más de 20 años".
El
ex gobernante consideró que ese proceso es el "más conveniente para la unidad y
liberación de los pueblos de nuestra América, utilizando nuevas vías en las
complejas y especiales circunstancias actuales después del hundimiento" de la
Unión Soviética, en 1991.
Estas condiciones actuales son "muy diferentes
a las de Cuba, Nicaragua y otros países en las décadas del 50, 60 y 70 del siglo
XX". Aunque no abundó en esto, varios han recordado que, desde la primera mitad
de los años 90, Castro comenzó a desaconsejar la vía armada para acceder al
poder.
En 1993, durante la clausura del IV encuentro del Foro de São
Paulo, un ámbito de coordinación de movimientos izquierdistas latinoamericanos,
se extendió en el asunto e insistió en las posibilidades de la lucha de masas,
especialmente del "pueblo unido, el pueblo coordinado, el pueblo luchando en una
misma dirección".
"Y bien saben ustedes que les está hablando alguien
que participó en la lucha armada y que apoyó al movimiento revolucionario
armado, de lo cual no nos arrepentimos, pero vemos con claridad que ahora, en
este momento, en estas circunstancias, no es el camino más prometedor", dijo
Castro en esa reunión celebrada en La Habana.
En fecha más reciente, el
presidente de Bolivia, Evo Morales, contó en una entrevista que a principios de
2003 recibió del entonces mandatario cubano el consejo de preferir las
"transformaciones, revoluciones democráticas" al levantamiento armado.
El presidente venezolano Hugo Chávez --quien había intentado en 1992
derrocar por la fuerza al gobierno de su país--, reiteró también el jueves su
exhortación a la FARC de poner fin a la toma de rehenes y el secuestro, así como
abandonar la lucha armada.
"Creemos que ya no es la hora de los frentes
guerrilleros, es la hora de las oleadas de los pueblos... El tiempo de los
fusiles ya pasó... No nos obliguen a retornar a esos tiempos. Hago de nuevo un
llamado a la guerrilla para que lo piense", señaló Chávez, único gobernante
extranjero que ha visitado frecuentemente a Fidel Castro, alejado de la vida
pública desde 2006 por graves problemas de salud.
Bolivia y Venezuela
figuran entre los mayores receptores de asistencia en salud, educación y otras
esferas que presta Cuba a varias decenas de países del Sur en desarrollo. De
acuerdo con cifras oficiales, más de 30.000 profesionales cubanos prestan
servicios en 74 naciones.
Por Patricia Grogg de IPS.
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff