El presidente de Bolivia, se vistió de futbolista tras participar de la Cumbre del Mercosur y se dio el gusto de jugar con estrellas del fútbol argentino, además de hacerle un gol a Ubaldo Fillol y de tirar paredes con Ariel Ortega.
El cotejo, que se jugó en el estadio de Famaillá, en el marco del Festival Latinoamericano de la Empanada, terminó con el triunfo de Bolivia por 2 a 1.
Morales abrió el marcador al ejecutar un penal -mano de
Héctor Almandoz para desviar casi sobre la línea de gol un remate del
presidente boliviano-; igualó Carlos Enrique, de tiro libre, y cerró la cuenta
David Miranda para los visitantes.
Hubo dos tiempos de 20 minutos cada uno y no faltaron las
polémicas, ya que fue expulsado Iván Castillo, de Bolivia, y sobre el final le
anularon un gol a Alfredo Graciani, por supuesta posición adelantada del ex
goleador de Boca.
El "Burrito" Ortega, una de las atracciones del
espectáculo organizado a beneficio del hospital de la zona, jugó un rato para
cada equipo ya que en el segundo tiempo Morales le pidió que se pusiera la
camiseta de Bolivia para tirar paredes, aunque se encontraron pocas veces en el
campo de juego.
Unas 6.000 personas esperaron pacientemente la llegada de Morales, cuya participación en la Cumbre del Mercosur se prolongó más de lo esperado y por eso el cotejo comenzó con dos horas de atrasado respecto a lo previsto por los organizadores.
En el equipo argentino también se alistó, entre otros,
Ricardo Bochini, quien demostró que su clase sigue vigente en un par de jugadas
y fue ovacionado por los hinchas de Famaillá, estadio que desde hace un par de
años lleva su nombre.
Allegados a Morales destacaron que el presidente de Bolivia
es una amante del fútbol ya que "juega al menos un par de veces por semana
y cada vez que viaja organiza este tipo de partido, cuando es posible".
Su equipo está integrado por ex futbolistas, amigos y hasta
por un custodio personal, quien mostró sus habilidades con la pelota pero
también cumplió con sus obligaciones.
Cuando terminó el primer tiempo, asumió el rol de personal de seguridad para
impedir que periodistas y fotógrafos se acercaran al presidente boliviano.
"Para nosotros es un orgullo haber tenido a Morales en
nuestra ciudad", resaltó el intendente de Famaillá, Enrique Orellana,
quien lo declaró ciudadano ilustre de la ciudad.
Orellana destacó que el amistoso fue el broche de oro para
la Fiesta Latinoamericana que organizaron con motivo de la Cumbre del Mercosur.
"Tuvimos 60.000 visitantes en nuestra ciudad y durante cuatro días vendimos más de 200.000 empanadas", aseguró el funcionario municipal. Empanadas, música y fútbol fue el "menú" ofrecido por las autoridades de Famaillá, donde Morales se olvidó por un momento de los tratados regionales y demostró que con la pelota en los pies no es ningún improvisado.
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