Las autoridades encargadas de controlar el cumplimiento de la venta de la garrafa social, al parecer no tienen idea lo que pasa en cada una de las bocas expendio.
Desde la Dirección de Comercio Interior manifiestan que se debe pagar veinte pesos por cada garrafa de diez kilos.
En todos los casos los consumidores deben amanecer, prácticamente, en las puertas de las fraccionadoras o distribuidoras para conseguir algunas de las 20 garrafas que se venden por día.
Luego de vendidas estas, a partir de la 21 el precio deja de ser “social” y el precio se eleva a 32 pesos. Numerosos usuarios tucumanos siguen siendo avasallados por aquellos que nos les importa respetar leyes o decretos.
Las estadísticas dicen que los pobres son mayoría. Dentro de esa están los indigentes, como los llaman ahora a esos seres humanos que ni siquiera les alcanza para comprar una garrafa de 10 kilos y cuyos ingresos no superan los 5 pesos diarios. ¿Cómo tienen que hacer esos comprovincianos para sobrevivir en esta sociedad que los discrimina todos los días?.Los otros que logran juntar para comprar una garrafa social de 23 pesos, como realmente las cobran, no les venden.
Con precios sociales o no miles de comprovincianos siguen siendo discriminados. No son escuchados y cuando hacen algún reclamo los tildan de vagos o delincuentes.
Daniel A. Villalba
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