En el tiempo adicional, el delantero de Boca marcó el empate 1-1 en el Monumental. Había reemplazado a Juan Sebastián Verón, quien salió entre silbidos. Urrutia, a los 23minutos del complemento, había puesto en ventaja a los visitantes. El equipo de Basile estuvo bastante flojo.
El miércoles, visitará a Brasil, en Belo Horizonte.
En el comienzo del partido se pudo
observar a un seleccionado argentino confundido, porque de otra
manera no se entiende que teniendo tantos jugadores de buen pie
dentro de la cancha los dirigidos por Alfio Basile el primer ataque
haya partido de un largo pelotazo de Nicolás Burdisso.
Está
claro que la tentación por tirarles la pelota larga a los
“chiquitios” Messi y Agüero, quienes desde el comienzo se
notó que les iban a ganar en velocidad a sus defensores pudo
más que buscar la claridad de Verón o Riquelme, o el
vértigo de los volantes bien abierto, Zanetti y Maxi
Rodríguez.
Pero así y todo, jugando mal,
apostando por algo contrario a los futbolistas que estaban en cancha,
la sensación que da este seleccionado argentino, ante Ecuador
o el rival que tenga enfrente, es que cuando cruza la mitad de cancha
puede hacer un gol.
El seleccionado argentino cayó
durante todo el primer tiempo en la trampa del pelotazo a los de
arriba. Es que Messi y Agüero invitan a tirarle la pelota y que
resuelvan, porque tienen la capacidad como para hacerlo.
Sin
embargo, lo más claro de Argentina llegó cuando agarró
la pelota Verón cerca del área, como a los quince
minutos del primer tiempo habilitó en forma perfecta a Maxi
Rodríguez, quien envió un centro para que empujen la
pelota al gol cualquiera, pero Isaac Mina sacó la pelota al
corner.
Con el correr de los minutos los ecuatorianos, que en
un momento se habían animado a atacar, fueron retrocediendo en
el campo de juego, algo que complicó más al
seleccionado argentino, que al no aparecer Riquelme, estar muy lejos
de juego Messi, nunca le encontró la vuelta al partido como
para irse al descanso en ventaja.
La cara y los gestos de
Basile, sobre todo después de cada pelotazo de Burdisso y
Mascherano, lo decían todo y por eso los quince minutos del
entretiempo seguramente el “Coco” los utilizó para hacerle
un “lavado de cabeza” a sus dirigidos.
En el inicio del
segundo tiempo poco cambió. La diferencia con el arranque del
primero fue que los ecuatorianos cruzaron menos la mitad de la
cancha, sólo eso.
Basile mandó a la cancha a
Fernando Gago por Maxi Rodríguez, buscando tener más
fútbol, pero todo siguió igual y el seleccionado
argentino de la única manera que se arrimaba al arco
ecuatoriano fue con los tiro libres ejecutados por Juan Román
Riquelme, quien no le acertó al arco en las primeras dos
oportunidades que tuvo en el segundo tiempo.
Para colmo,
llegando al cuarto de hora de la etapa final los volantes
ecuatorianos comenzaron a animarse más y Demichelis y Heinze
tuvieron que cruzar dos veces por la izquierda cuando Joffre Gerrón,
el hombre de la Liga, de Quito, amenazó dos veces con
generarle problemas al “Pato” Abbondanzieri.
Como la mano
no venía bien Basile mandó a la cancha a Julio Cruz, a
los 18 minutos del segundo tiempo, por Mascherano, quien salió
lesionado más allá que su rendimiento, con varios
pelotazos enviados sin sentido, podría haber provocado también
la modificación.
Y lo peor llegó a los 23
minutos del segundo tiempo, cuando luego de una gran jugada
colectiva, que comenzó en Guerrón por izquierda, el
sector que le dejó Basile a Ecuador sacando a Maxi Rodríguez,
que siguió con un gran taco de Tenorio para habilitar a
Urrutia, quien desde el borde del área grande “fusiló”
a Abbondanzieri para marcar el primer gol del partido.
La
reacción del seleccionado argentino no tardó en llegar,
pero todo fue muy confuso, pero empujó a Ecuador contra su
arco. Tuvo el empate Cruz, con un cabezazo que atrapó bien el
arquero, y después Agüero, con un desborde por derecha,
tiró la pelota fuera, cerca del palo derecho, cuando todos se
preparaban para gritar el gol.
Argentina buscó, pero
no encontró. Riquelme ausente sin aviso, Verón tirando
pelotazos sin sentido, Agüero buscando hacer la individual
terminaron dejando muy sólo a Messi, el mejor del local, y por
eso se terminó perdiendo un partido que todos daban por
ganando antes de jugarse. Y eso se pagó muy caro, pese al
empate marcado sobre el final por Rodrigo Palacio, quien aprovechó
la única oportunidad que tuvo y salvó a los de Basile
de un verdadero “incendio”.
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