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AMPLIARQuién pondrá las patas en la fuente?

Ni De Angeli tuvo su 17 de Octubre ni Cristina tendrá su 21 de Diciembre

Si faltaba alguna prueba de una intensa campaña de desestabilización de un gobierno democrático, las pantallas de los canales de TV dieron una clase magistral. Los medios gráficos repitieron a coro que "la gente" recuperó con la movilización a De Angelis, mientras que Kirchner movilizaba "militantes pagos" para llenar Plaza de Mayo.

La soja no sólo erosiona los suelos del país sino que sus productores están convencidos que pueden derrocar al gobierno democrático.

Las cuatro entidades ruralistas, con su Mesa de Enlace a la cabeza, los “autoconvocados”, tanto transportistas como ruralistas, la amplia gama de los partidos políticos de la oposición y una extensa lista medios de comunicación, han tomado la decisión de derrocar abiertamente al gobierno que encabeza Cristina Fernandez de Kirchner.

La mayoría de los “estrategas” de esta conspiración insistirán en los próximos días en provocar más desgaste a la autoridad política de un gobierno que hace seis meses recibió millones de votos para que se hiciera cargo de la conducción del Estado hasta el año 2011.

Las coberturas de los canales de TV, “los analistas”, transmitiendo en vivo las escenas desde Gualeguaychú, con la detención de De Angeli, desnudaron la fina tarea de los comunicadores para promover un “alzamiento”. Es tan burda la maniobra, que cualquier televidente se da cuenta que “algo están tramando”.

Durante toda la tarde del sábado todos las señales de cable machacaron con sobreimpresos, como “represión en Gualeguaychú”, “se extiende la protesta a todos los cortes”, o el más avezado de TN “Una multitud aguarda a De Angeli en Concepción del Uruguay”. Insistían mientras pasaban de fondo las imágenes de la “represión” de Gendarmería, en las que se puede ver que no hay una sola demostración de golpes, gases lacrimógenos o balas de gomas.

“Los verdes”, como se los conoce desde su penosa actuación de represión contra los piquetes a finales de los 90, sólo formaron un escudo humano, desarmados y cumplieron con la orden de despejar la ruta y detener para identificar a quienes promueven este delito. Sí, es un delito y lo saben todos que es así.

No es que haya cambiado Gendarmería. Lo que cambió es el país. Y de estos cambios, en pleno ejercicio de la democracia, parece que deben ser borrados de la historia reciente. Los dirigentes, los autoconvocados y sus aliados son concientes que ya no se está discutiendo sobre las retenciones a la soja. Son concientes que para cambiar esas retenciones a las rentas extraordinarias, el único camino que han decidido tomar es derrocamiento del actual gobierno.

Dicho así, con crudeza, es mejor para todos. Para los que promueven la campaña de desestabilización y para los que como en mi caso, sólo me queda como única salida defender la institucionalidad de un gobierno democrático.

Los “analistas” de los medios masivos promueven un 17 de Octubre para De Angeli (es un viejo sueño de muchos), cosa que no ocurrirá porque no hay régimen, no hay una revolución nacional en ciernes, no hay un pueblo desheredado que clama por justicia social. No hay muchas cosas más. Tampoco existen las condiciones “objetivas” para una insurrección o levantamiento social.

Tampoco los ruralistas ni los autoconvocados ni sus socios piqueteriles, podrán convencer a la “mayoría silenciosa” de la “necesidad” de derrocar a un gobierno constitucional. Por izquierda, enarbolan “la evaporización” del consenso de Cristina y por derecha aspiran a convencer a algunos uniformados para que los acompañe en la empresa.

Es que el país ha cambiado. Ha cambiado la Argentina. Ni De Angeli es Perón. Ni Cristina es De La Rúa. Las retenciones de hoy no son “el corralito” de ayer. Para despejar las rutas que producen el desabastecimiento sin muertos ni heridos forma parte del país que vivimos hoy. Aunque a gritos pidan que se dicte el Estado de Sitio no lo van a conseguir.

Por cada cacerola que sale en los barrios acomodados de Buenos Aires, con sus reflejos en las provincias, son muchas las plazas que se inundarán de argentinos cansados del discurso desestabilizador y dominante en estos días.

Los datos de la realidad indican que no hay nada para negociar y menos en las actuales circunstancias. Ningún ciudadano honesto puede quedar al margen de la confrontación. La Patria Sojera tiene su aliado en la Patria Financiera y a su vez conforman un proyecto de país en la que se proponen nuevamente suplantar la soberanía popular. Son los mismos de siempre que chocarán sin salida con la Argentina que cambió.

Isauro Martínez