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AMPLIARLa escena más común en los cortes de Tucumán

Bloqueo salvaje: enfermos quedaron varados en los cortes de Tucumán

La situación se torna desesperante. Atravesar ayer la ruta 9 se convirtió en una verdadera odisea. Mientras los productores interrumpían totalmente esa carretera, Elsa aguardaba llegar a un sanatorio de la capital para realizarse un examen y, posiblemente, someterse a una intervención quirúrgica. Los argentinos se preguntan ¿hasta cuándo?, escribe María Celia Nahra.

El conflicto entre el gobierno y el campo develó la anarquía que reina en lugares que, por ley, son de libre circulación para los ciudadanos.

Ayer, un equipo de prensa de Canal 10 no pudo cumplir en tiempo y forma con la tarea encomendada. Elsa, una mujer de 35 años que debía ser atendida de urgencia en un sanatorio de la capital, cargó durante 10 horas con su enfermedad a cuesta. Miles de trabajadores no pudieron cumplir con su jornada laboral. Todos, denominador común de una caótica realidad que vive la Argentina. Todos rehenes de un piquete que, por estas horas, es total también en algunas rutas tucumanas.

El que más grita, el que más interrumpe y el que tiene más fuerza. Ese gana. Quienes se encuentran en las rutas (luchando por no peder su renta millonaria) parecen haberle ganado a los compatriotas que, lejos de apoyar al campo o a las retenciones (de lo que poco y nada entienden), solo sienten el impacto que la suba de precios genera en sus bolsillos.

Se sabe que el Gobierno no dará marcha  con las retenciones móviles, que ahora forman parte de la financiación de la construcción de hospitales y rutas en todo el país. Si los ruralistas no limitan su derecho hasta donde empieza el del otro ¿dónde vamos a llegar los argentinos?.

María Celia Nahra