Eduardo Cunha, el expresidente de la Cámara de Diputados de Brasil y principal impulsor de la destitución de Dilma Rousseff, pasó su primera noche de detención dentro de una celda, para prevenir cualquier "riesgo de fuga".
Cunha enfrenta acusaciones de corrupción pasiva, lavado de dinero, ocultamiento de cuentas en el extranjero y realización de maniobras para obstaculizar investigaciones.
Detalles.
Cunha está imputado en el escándalo de corrupción bautizado "Lava-Jato" con fondos negros de Petrobras.
El político, que el mes pasado fue despojado de su mandato parlamentario luego de un proceso disciplinario, llegó esta mañana a Curitiba, capital del estado de Paraná, ciudad del sur brasileño en la cual tiene su sede el grupo de tareas del llamado "Mani pulite" brasileño.
Cunha arribó bajo una fuerte escolta policial para someterse a exámenes médicos.
El exlegislador se halla bajo sospecha de haber ocultado millones de dólares en sobornos en cuentas bancarias en el extranjero.
Los investigadores estimaron que Cunha posee un patrimonio al menos 53 veces superior al que tiene declarado ante el fisco.
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