Ubicada 90 kilómetros al norte de San Miguel de Tucumán, entre los ríos Tacanas y Tipas se encuentra una de las villas veraniegas más típica de la provincia. San Pedro de Colalao comenzó su historia hace 150 años y lo está celebrando con numerosas actividades.
Dueño de un clima privilegiado la villa emerge en medio de una las zonas más bella de Tucumán.
Corría el año 1858 y la comunidad en reunión pública, con la presencia del apoderado , Ambrosio Colombres, resuelve mediante asamblea donar a la iglesia una porción de tierra de mayor extensión para que se haga la villa.
Poniendo los límites entre los ríos y desde un algarrobo situado a 150 metros, de la iglesia al sudoeste hasta otro algarrobo, cuatro cuadras al noroeste de la iglesia, se fue armando San Pedro de Colalao. La iglesia vende los lotes de 25 varas de frente y 50 de fondo. Había que pagar un peso anual. El comprador estaba obligado a edificar, durante ese tiempo, sino perdería todo derecho de compra. En 10 años ya había 16 casas construidas.
Así se fue formando la villa de San Pedro de Colalao. Pasaron 150 años desde aquella vez y se transformó en uno de los lugares preferidos de los tucumanos, para descansar y pasar las vacaciones.
En este mes las actividades tienen una variada programación. Mañana habrá un Taller Literario. Un concurso de cuentos y poemas.
Las celebraciones comenzaron en abril pasado y continuarán hasta octubre, siendo julio el mes de mayor actividad.
En San Pedro de Colalao se puede disfrutar todo el año, de su paisaje, el clima, la hospitalidad de su gente y una excelente gastronomía regional.
Daniel A. Villalba
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