La Comisión Permanente del Episcopado instó al Poder Ejecutivo a que convoque al diálogo y le pidió al campo que abandone las medidas de fuerza. “La nación requiere gestos de grandeza”, reclama el documento firmado por una veintena de obispos reunidos en Buenos Aires.
Activa participación del Monseñor Luis Villalba, Arzobispo de Tucumán.
"La Nación requiere gestos de grandeza"
1. La Comisión Permanente del Episcopado Argentino se ha reunido con
motivo de la grave situación planteada por el prolongado conflicto
entre el sector agropecuario y el Gobierno Nacional. Deseamos, con
nuestra palabra y nuestra acción pastoral contribuir al fortalecimiento
de la paz social y de la democracia.
Nos
sentimos obligados a preguntarnos nuevamente, y con dolor: ¿nuestras
relaciones seguirán marcadas por la confrontación? ¿Una vez más nuestra
vida social estará signada por la fragmentación y el enfrentamiento?
¿Seremos incapaces de fundamentar nuestros vínculos en un diálogo
sincero y constructivo? ¿No hemos aprendido nada de nuestra historia?
2. Es preciso que tomemos conciencia de que situaciones como ésta que
vivimos nos menoscaban como comunidad, nos aíslan del mundo y en
definitiva perjudican especialmente a los más pobres. Es más, este
conflicto ha puesto de manifiesto falencias profundas de nuestra vida
republicana. La persistencia misma del conflicto y la aparente
imposibilidad de resolverlo constituyen un signo de debilidad
institucional; son una prueba del escaso aprecio que, como sociedad,
otorgamos a la importancia y dignidad de la acción política como el
ámbito propio para la superación de las diferencias y el afianzamiento
de la amistad social.
3. Consideramos que la solución sólo puede
encaminarse mediante gestos de grandeza y una vigencia aún más plena de
las instituciones de la República. Como ya hemos señalado, “tenemos que
promover el verdadero federalismo, que supone el fortalecimiento
institucional de las provincias, con su necesaria y justa autonomía
respecto del poder central” (93º Asamblea Plenaria).
No es
propio de los poderes públicos empeñarse como parte en los conflictos,
sino abocarse a su solución como principales responsables del bien
común de acuerdo a las funciones que a cada uno de ellos les atribuye
la Constitución Nacional. La efectiva independencia de los poderes
legislativo y judicial es un punto clave de la plena vigencia del
estado de derecho.
4. Como nos recuerda la Doctrina Social de
la Iglesia: “Quienes tienen responsabilidades políticas no deben
olvidar o subestimar la dimensión moral de la representación que
consiste en el compromiso de compartir el destino del pueblo y en
buscar soluciones a los problemas sociales. En esta perspectiva una
autoridad responsable significa también una autoridad ejercida mediante
el recurso a las virtudes que favorecen la práctica del poder con
espíritu de servicio: paciencia, modestia, moderación, caridad,
generosidad” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 410).
5. Por otra parte, aunque hubieran reclamos justos, no es en las calles
ni en las rutas donde solucionaremos nuestros problemas. Pedimos, por
ello, encarecidamente al Gobierno de la Nación que convoque con
urgencia a un diálogo transparente y constructivo, y a los sectores en
conflicto que revean las estrategias de reclamo. Ni la moderación en
las demandas, ni la magnanimidad en el ejercicio del poder son signos
de debilidad.
6. Es necesario que los habitantes de esta tierra
bendecida abundantemente por la Providencia hagamos un profundo examen
de conciencia y nos decidamos a obrar como ciudadanos responsables.
Pensemos más en qué podemos aportar a la Patria y no tanto en qué tiene
que darnos el país. Todavía son muchos los hermanos que viven en
pobreza y exclusión y que esperan de todos los argentinos un compromiso
firme y perseverante por la justicia y la solidaridad.
7. En
los momentos difíciles los cristianos experimentamos más intensamente
la necesidad de la oración, de decirle a Jesucristo, Señor de la
Historia: “Precisamos tu alivio y fortaleza, queremos ser Nación”. Para
lograrlo, “concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la
esperanza que no defrauda”.
Exhortamos a nuestros compatriotas a
acompañar la oración con un gesto de desprendimiento en favor de
nuestros hermanos más necesitados.
Ponemos este mensaje en las
manos y en el corazón de nuestra Madre de Luján, pidiéndole que una vez
más interceda por nosotros y acompañe el camino de las autoridades, de
los dirigentes de los diversos sectores y de todo el pueblo argentino.
Reunión Extraordinaria de la Comisión Permanente
5 de junio de 2008
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