Ante una impactante tribuna San Martín sigue consagrándose como el mejor equipo de la categoría. Caffa atajó un penal. Campodónico metió un golazo y el Ratón lo liquidó desde los doce pasos. La Ciudadela fue una fiesta absoluta durante todo el cotejo.
Brandán hizo un gran partido, al igual que Leone.
Belgrano debía ganar para que no se le escape la promoción. El Santo totalmente distendido, ya en Primera, apostaba al campeonato, algo anecdótico en semejantes circunstancias. Por eso el Pirata arrancó metiendo presión.
Antes del penal, los de Roldán no pasaban la mitad de la cancha. Los cordobeses con un buen planteo 4-4-2 acaparaban todos los espacios. Suárez el más peligroso, desequilibraba la línea de tres. Y a los 15 minutos Monge lo tocó al peligroso 9, Ruiz, de buena actuación, pitó la pena máxima. Gigli desde los 12 pasos le dio cruzado a media altura para que Caffa se consolide como ídolo máximo.
A partir de semejante acontecimiento, el encuentro viró, junto con la fiesta en las tribunas. Brandán agarró los hilos del equipo. A los 23 minutos el Ratón se metió al área, cayó adentro, el juez no compró. El trámite era otro. El nerviosismo se apoderaba de la visita.
Es así que a los 26 minutos le llegó llovida a Ibáñez, en tres cuarto de cancha, se la bajó de cabeza a Campodónico. El nueve la paró, se acomodó para la zurda y remató, fuerte, abajo, al palo derecho de Olave, que a pesar de estirarse largamente, no alcanzó la bocha.
Solamente 2 minutos más tarde, se escapaba nuevamente el rápido 7, Maidana, ya amonestado, lo tocó de atrás, segunda amarilla y a las duchas. El partido se terminó, porque un jugador menos es demasiada ventaja para el mejor, para el que ahora es de Primera. De fondo se oía, “Yo te quiero San Martín...”, con el hermoso decorado de algunas banderas celestes, producto de la amistad entre hinchadas.
El complemento fue para las tribunas. En el campo de juego se veía un equipo súper consolidado y otro totalmente desahuciado que escuchaba una hinchada impresionante. Entonces muchos dejaron de ver el juego para bailar y entonar, “A pesar de los golpes...vamos Santo querido...”
Y mientras Brandán se la tocaba al bueno de Leone, en alguna proyección del once, la gente decía que “el Santo se va de la B...”. Los once tucumanos contra los diez cordobeses eran una ola que los sobrepasaba, la misma que se dibujaba en los cuatro costados del fortín con “esta es la hinchada de Ciudadela...se mueve para acá...”, una verdadera locura.
Hasta que a los 39 minutos Acosta Cabrera, que había reemplazado a Campodónico, cayó en el área, penal para San Martín. La parcialidad lo pedía a Noce, pero ejecutó el Ratón, abajo, palo izquierdo de Olave que se arrojó al mismo lugar por donde entró el esférico.
Como broche de oro los trapos rojos y blancos, se movían al ritmo de “ole, ole cada día te quiero más...”. Un delirio de 25.000 almas llenas de pasión y locura.
La próxima fecha será ante Godoy Cruz, con el empate los de Roldán son campeones y el Tomba asciende.
Sebastián Ganzburg
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