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AMPLIARMucho ruido y sin apagón de vidrieras

Los ruralistas de Tucumán con marcha y bocinazo

Cientos de vehículos haciendo sonar sus bocinas participaron de una ruidosa movilización a plaza Independencia. La FET se adhirió a la protesta de las entidades agrarias aunque fueron escasos los negocios que acataron el apagón propuesto por la entidad empresaria.

Dirigentes agrarios locales quedaron a la espera de las nuevas acciones dispuestas por las cuatro entidades agropecuarias.

Cientos de camionetas, con personas en las cajas agitando banderas y haciendo sonar sus bocinas, participaron de una ruidosa movilización a favor de las entidades agrarias en su protesta contra las políticas generadas por el Gobierno nacional.

Los vehículos taponaron las cuatro calles de la plaza Independencia y conformaron una fuerte presencia de los ruralistas en su protesta. Aunque no se instaló un palco con oradores, como hace dos semanas, los dirigentes recibieron el acompañamiento de la FET y de dirigentes políticos de la oposición.

El heterogéneo grupo hizo sonar sus bocinas durante largos minutos, mientras se distribuían folletos explicativos. En diversas oportunidades arrancaron las silbatinas cuando desde los megáfonos se cuestionaban los dichos del gobernador José Alperovich. El apellido del gobernador, con rimas en contra de sus dichos, fue coreado por un grupo que se instaló en las cercanías de la vallada Casa de Gobierno.

En tanto, aunque los negocios céntricos pegaron en sus vidrieras afiches de la FET en defensa del “Campo Argentino”, fueron pocos los dueños que participaron del apagón convocado por la central empresaria.

Con una plaza rigurosamente vigilada por cientos de policías, para custodiar la protesta agraria, las peatonales recuperaron a los vendedores ambulantes que aprovecharon la falta de inspectores municipales y exhibieron sus mercaderías. Tampoco faltaron a la cita nocturna los músicos bolivianos, los cartoneros que hormiguean los residuos comerciales ni los percusionistas y sus timbales.

Los bares poblados, el comentario obligado de la crisis del campo, los televisores que atrapan la mirada de los parroquianos con el partido de San Martín en su consagración, coronaron una noche fría del otoño tucumano.

Isauro Martínez