La mamá más anciana de la Tierra, un pez con una antigüedad estimada de 380 millones de años, fue descubierta en la costa noroeste de Australia, todavía con su embrión sujeto por el cordón umbilical, reveló la revista británica Nature.
El fósil, llamado "Materpiscis attenborough", no es sólo el primer embrión fósil hallado con su cordón umbilical, sino también la criatura más antigua en dar a luz.
Este tipo de nacimiento, en el que el pez alumbra a un pequeño que ya
ha sido formado (vivíparo) y no a un huevo, se asemeja a las prácticas
actuales de reproducción de algunas especies como los tiburones y las
rayas, según el estudio publicado en Nature.
"El hallazgo es claramente uno de los más extraordinarios
jamás realizados de un fósil y modifica la comprensión sobre la
evolución de los vertebrados", indicó John Long, responsable del
departamento de Ciencias del Museo Victoria de Australia, y
codescubridor del espécimen.
Long y sus colegas Kate Trinajstic, Gavin Young y Tim Senden
se quedaron estupefactos al constatar este proceso de reproducción en
un pez tan antiguo, que hizo retroceder de 200 millones de años la
primera prueba de reproducción vivípara.
"Esto nos demuestra que la reproducción vivípara se produjo al
mismo tiempo que la puesta de huevos, y que estos mecanismos
evolucionaron a la par, en vez de sucesivamente", explica Trinajstic.
El descubrimiento del embrión y del cordón umbilical en la
"mamá pez" ofrece el primer ejemplo de fertilización interna, es decir,
de penetración sexual, según el estudio.
Dinosaurios del mar. El fósil de 25 cm de longitud
pertenece a un grupo de vertebrados llamados placodermos, que habitaron
los mares en el periodo Devoniano y deben su nombre a su coraza de
placas dérmicas. Hace entre 350 y 420 millones de años, fueron los
grandes depredadores, de allí que se les conozca como los "dinosaurios
del mar".
Los placodermos, extintos desde hace mucho tiempo, eran un
grupo amplio y diverso de peces, que los científicos consideraban los
vertebrados más primitivos dotados de mandíbulas.
El fósil hallado en Australia es una criatura
extraordinariamente bien conservada, que contiene un embrión único
conectado por un cordón calcificado.
Embrión y cordón podrían haber pasado desapercibidos,
escondidos en su caparazón de hueso y piedra, cuando una última "duda"
asaltó a los investigadores.
"John y yo estábamos a punto de clasificar el pez, cuando
decidimos hacer un último baño de ácido para ver si podíamos despejar
mejor su hombro", recuerda Trinajstic, de la Universidad de Crawley.
Una decisión arriesgada: unas gotas de ácido de más y "el
conjunto habría quedado reducido a migas". "Cuando lo retiramos del
baño, el embrión estaba allí, tan bien preservado que no podía tratarse
de otra cosa", relató esta profesora.
Agencias AFP y EFE
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