El desabastecimiento de gas licuado de petróleo en la Villa Imperial es un fenómeno que se genera a partir del contrabando hacia el exterior, especialmente a la Argentina y Chile, según los reportes que existen tanto en la Policía Departamental como en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
En pasadas horas, personal del Grupo de Reacción Inmediata y Patrulla Caminera, detuvo un camión marca Volvo con place de control 1602-RIR que estaba a punto de salir con 100 garrafas con gas por la tranca en el camino hacia Villazón (ciudad fronteriza con La Quiaca, Argentina).
El responsable del GRI y RP-110, Limberth Choque, desautorizó versiones
en sentido que el contrabando de gas era para Perú ya que el camión
marchaba por la ruta hacia la frontera con la Argentina.
El policía
indicó que existen evidencias que el contrabando va hacia la Argentina
y también es lógico que vaya a Chile debido a la amplitud de la
frontera y el alto precio de ese producto en el vecino país.
Perciben
que el bajo precio del GLP en el país es uno de los factores
fundamentales para que se desarrolle el contrabando tanto a la
Argentina como a Chile, países que tienen precios más altos y no pueden
atender toda la demanda del energético.
En apenas 72 horas se
evidenció el intento de sacar gas hacia la Argentina en dos
oportunidades y luego de una investigación inicial se estableció que se
trata de clanes familiares que están traficando con nuestro gas.
En ambos casos los contrabandistas recurrieron a camiones que
desarrollan el servicio de transporte público hacia diferentes
poblaciones y camuflando las mismas pretendían sacarlas de territorio
potosino.
El primer vicepresidente del Comité Cívico Potosinista
(Comcipo), Humberto Morales, anunció que se efectuará una
representación al presidente de YPFB, Santos Ramírez, para que coordine
con las autoridades nacionales el cierre de las fronteras para evitar
la salida del GLP hacia otras naciones.
Según Morales, el daño que
sufre la población por el contrabando es tal que diariamente existen
filas para la compra de ese producto y ello da cuenta de un
desabastecimiento marcado.
Para el presidente del Comité de
Vigilancia, Néstor Muñoz, la salida del gas licuado a otros países es
un problema que exige una urgente solución ya que no se puede dejar a
la población sin ese energético que es base para la preparación de
alimentos.
Ambos dirigentes sostienen que en la época de invierno la
situación podría ser peor pues aumenta el consumo del mismo y también
la demanda de gas en los países vecinos hará que se eleven los precios.
Bajo precio del gas en Bolivia es un problema
Debiera ser una bendición que el precio el Gas Licuado de Petróleo (GLP) esté congelado por casi una década, sin embargo es el elemento que acicatea el contrabando hacia países vecinos.
Una garrafa con 10 kilos de gas en la Argentina tiene un precio equivalente a 90 bolivianos (12,63 dólares estadounidenses) o 100 bolivianos (u$s 14,03), según datos del vecino país.
Una garrafa con 10 kilos de gas en Chile tiene un precio equivalente a 105 bolivianos (u$s 14,73), tal como lo reconoce la prensa de esa nación.
Esos dos países serían el mercado para una
parte importante de garrafas con gas pues es un buen negocio comprar el
producto en 22.50 bolivianos (u$s 3,16) en Potosí para llevarlo a la
Argentina para su venta en cuatro veces su valor.
Lo propio ocurre
con Chile pues el precio del producto casi se quintuplica, lo cual
representa una sustancial ganancia para quienes se involucran en el
contrabando.
"Hormigas"
El contrabando de Gas Licuado de Petróleo a Chile y la Argentina comienza con la actividad "hormiga" de clanes familiares que adquieren el producto de los carros repartidores para acopiar el mismo antes de enviarlo al exterior.
Esas personas compran las garrafas de dos en dos en diferentes puntos de la ciudad logrando sacar de la circulación entre 100 y 200 cada dos días para empezar el proceso de contrabandearlas a Chile o la Argentina.
Para el efecto cuentan con el apoyo de malos transportistas que por unos cuantos pesos hacen pasar el producto por la frontera, logrando un ingreso promedio de 7.750 bolivianos (u$s 1.087,09) de ganancia por cada 100 garrafas que logran incorporar al mercado argentino.
Lógicamente que no realizan un solo viaje si no que es una actividad permanente y sostenida con lo cual afectan al interés nacional pues las garrafas con GLP son subvencionadas por el gobierno y cuando más suben los hidrocarburos más se debe gastar para evitar que el energético tenga un precio mayor.
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