AMPLIARTalapazo

13/03/2016 - Emprendimientos

Talapazo, turismo comunitario en los cerros calchaquíes

Talapazo es un pequeño pueblo a la ladera de la montaña de Quilmes, a 7 kilómetros al oeste de la ruta 40. Una comunidad ganadera, agricultora, dedicada a la plantación de nogales y recientemente comenzaron a trabajar en el turismo rural.

Viven alrededor de 24 familias y cuenta con la Escuela N° 37 desde los años 70, producto de una intensa lucha social.

La idea es que el visitante sea parte de la cotidianidad y participe de las actividades del poblado como sacar leche de las cabras, observar la cría de animales o el proceso de elaboración de dulces y vino.

Los organismos que están trabajando en la localidad para su desarrollo productivo, son la Secretaria de Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación, articulado a través de la ONG denominada CADIF (Centro Andino de Desarrollo Investigación y Formación).

A su vez, el Ente Tucumán Turismo trabaja para impulsar el desarrollo del lugar, aprovechando las inversiones que realizaron los emprendedores locales, mediante capacitación a la comunidad, asesoramiento en el desarrollo del producto turismo rural comunitario, incorporación de señalización vial e informativa, además de acciones promocionales.

talapazo paisajeSandro Llampa es guía de Talapazo y uno de los que más incentivó para que el pueblo se dedique al turismo. “Somos parte de los Quilmes, alrededor del año 800 nuestros pueblos se sedentarizaron. Por aquél tiempo en estos lugares llovía bastante, por lo tanto se facilitaba el cultivo, sin embargo en la actualidad, en Talapazo, todos seguimos manteniendo esta milenaria actividad”, comentó.

En estas tierras la gente siembra papa, zapallo, algarrobo con el cual hacen patay, sumado a un sinfín de hierbas curativas que naturalmente crece en la zona. También se crían cabritos y algunas ovejas. Sin embargo cuando uno atraviesa la inmensidad de sus caminos pedregosos, decorados con imponentes cerros, es común observar burros salvajes, zorros, vizcachas, guanacos y una variedad importante de pájaros. No es extraño ver al cóndor custodiando los aires.

“Trabajar con el turismo no fue fácil. Los lugareños no veían con buenos ojos este tipo de emprendimiento. Tenían miedo”, indicó Llampa. Una situación lógica, debido a los más de 500 años de saqueo que vienen sufriendo los pueblos originarios.

“Pero yo tuve la posibilidad de trabajar en la Ciudad Sagrada de Quilmes y entendí que los visitantes valoran lo que tenemos, que son muchas cosas”, añadió.

El pueblo tiene una capacidad para 24 personas, hay un quincho donde se prepara comida típica, cabrito, empanadas, humitas. Por eso es fundamental hacer las reservas para cocinar con tiempo, ya que no es tan fluida la llegada de turistas.

talapzo pircasEntre las actividades que se pueden realizar en Talapazo es impostergable visitar el sitio arqueológico, a 200 metros de la ruta de ingreso al pueblo. Allí se observan restos de vasijas, morteros y estructuras realizadas con la técnica de pirca, es decir, paredes construidas con piedras, una arriba de la otra, sin aditamento. También hay miradores desde donde se aprecia la inmensidad de las montañas calchaquíes. El turista, mediante caminatas, puede hacer el circuito de La Mina, donde se extraía hasta el año 2000 mica y algunas piedras preciosas.

Durante el mes de octubre se realiza el encuentro de coplas con gente de distintos lugares como Jujuy, Catamarca, Tucumán, Salta.

Además, gracias a la organización, Talapazo logró tener un Salón de Usos Múltiples (SUM) donde hay computadores, pero donde también se produce, de manera artesanal, un rico vino El Coplero. De sabor amable, tanto el tinto como el blanco. Ideal como compañía.

Comida con cosecha propia

En Talapazo, el único lugar donde se puede comer es El Quincho, que está atendido por Paola Agüero. Allí se realizan riquísimos desayunos y se hacen infusiones con diferentes hierbas de la zona. También hay bollo casero, quesos y tortilla a la parrilla. “Nos interesa que la gente comparta lo mismo que comían nuestros abuelos, en invierno hacemos frangollo con maíz molido, empanadas fritas, huaschalocro con queso, maíz y carne de cabrito”, comentó.

Toda la comida es natural, de cosecha propia. “Los abuelitos nos enseñan que todo debe venir de nuestras huertas, de nuestros animales”, relató Paola y agregó que “como somos una comunidad, cuando necesito carne le pido a mi vecino que tiene cabrito, al igual con las verduras, otra persona nos trae desde el cerro quesos de cabra, es decir que tratamos que el trueque no se pierda”.

Contacto

Para reservas en hospedaje comunicarse con Sandro Llampa: 3815571247.

Para gastronomía Paola Agüero: 3816222254

En caso de llegar en colectivo es necesario comunicarse con Marcelo al 3814124013 para traslado desde Ruta 40 a Talapazo.