Filmada en 1940, ganó dos premios Oscar, a la mejor película y mejor fotografía. Es la primera película americana del genial director. La imponente producción es de David O. Selznick. Un aristócrata viudo se enamora y casa con una mujer sencilla. La muerta es un fantasma desesperante. Puede conseguirse en DVD, en videos club o lugares de ventas.
Le ganó el premio Oscar, como mejor película, a El Gran Dicatador, de Chaplin.
Ficha técnica
Selznick International Pictures, 1940. Dirección: Alfred Hitchcock . Productor: David O. Selznick. Guión: Robert E. Sherwood y Joan Harrison, según la novela de Daphne Du Maurier. Fotografía: George Barnes, en b/n. Música: David Broekman. Duración: 130 min. Intérpretes: Laurence Olivier, Joan Fontaine, Judith Anderson, George Sanders, Gladys Cooper, Reginald Denny.
Selznick venía de un éxito impresionante con Lo que el viento se llevó, en 1939. Hitchcock ya era reconocido en Inglaterra como gran director. Selznick decide contratarlo para filmar la adaptación de la novela de Rebeca, de Daphne Du Maurier.
Director y productor tuvieron diversos roces. Sobre todo en la elección de actores y en la filmación de las escenas. Hitchcock pretendía trabajar tal como su cabeza concebía la obra, realizando algunos cambios en el guion. Con todo esto nada imposibilitó que el maestro del suspenso logre una de sus numerosas obras de arte.
Rebeca es una película que despierta placer desde el inicio. Filmada en blanco y negro cuenta con una fotografía impresionante, música acorde a las circunstancias, personajes perfectamente ideados e interpretados y una producción soberbia.
A pesar de que Alfred consideraba que Rebeca no era un film con el sello Hitchcock, resulta evidente que la genialidad del maestro se impone, sobre todo en los momentos de tensión, con mezcla de humor en un Thriller netamente atrapante.
Fundamentalmente hay 4 personajes que resumen la obra. Maxim, aristócrata viudo de una bella, inteligente y seductora mujer. La actriz Joan Fontaine interpreta a una joven empleada, insegura y sencilla, más cerca de una sirvienta que de la señora de Maxim. La ama de llaves protagonizada por Judith Anderson, una mujer obsesionada con la muerta Rebeca. Y por último Manderley, un palacio enorme ubicado en ningún lugar, con un sin números de empleados, inundada por el fantasma de la primera Señora de Winter.
Con estos elementos, el director logra una historia psicológica. La nueva Señora de Winter está asediada por la sombre de Rebeca. Su inseguridad la lleva a querer asemejarse a ella. El espectador irá conociendo a Rebeca por lo que hablan o cuentan los empleados. Maxim, nunca feliz, no puede sacarse la carga de su antigua esposa.
La ama de llaves, cercana a una bruja, siempre inmóvil, en cualquier escena que aparezca, odia a su nueva señora. El momento en el cual entran a una especie de habitación prohibida (la de Rebeca), el oscuro personaje va contando y mostrando la ropa interior bordada por las monjas de Santa Clara, cortinas esplendorosas, todo muy lujoso, describen a una persona perfecta. Sin embargo lo único que no tiene Rebeca es la perfección.
Todos los personajes fluctúan entre el blanco y negro. Siempre grises, por momentos ignotos. Pero sobre todas las cosas, distantes,
A medida que avanzamos en al película la muerte comienza a tornarse misteriosa. Hitchcock, se las ingenia para hacer un thriller intrigante. La majestuosidad de uno de los directores más grande de todos lo tiempos es evidente. Sería una irresponsabilidad de mi parte entrar en detalles con respecto al guion porque depara sorpresas constantemente. Sin duda, para disfrutarla hasta el hartazgo.
Sebastián
Ganzburg
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