Los campesinos paraguayos sin tierra endurecieron su posición el lunes señalando que no abandonarán las propiedades ocupadas y advirtieron que en los próximos días ocuparán otras plantaciones principalmente de soja a cargo de colonos brasileros, según uno de sus líderes.
Monseñor Adalberto Martínez, obispo de la diócesis del departamento de San Pedro, donde han ocurrido las tomas de terrenos, pidió a los labriegos "un poco de paciencia hasta que Fernando Lugo (presidente electo) asuma el mando en agosto".
"Si todos esperamos 60 años para ver un cambio en el país ¿por qué no pueden esperar unos 80 días hasta que Fernando se haga cargo del gobierno? Estamos en una etapa difícil porque se trata de la transición entre un gobierno y otro", dijo el prelado en declaraciones a la Radio 9.70 de Asunción.
Agregó que "las usurpaciones son riesgosas porque, pensando mal, hasta podrían generar enfrentamientos entre hermanos".
Sin embargo, el dirigente Elvio Benítez de la filial de la Mesa Coordinadora de Organizaciones Campesinas (MCNOC), de izquierda, la más grande del país, afirmó que "tenemos derecho a luchar por la tierra propia. La Constitución garantiza la propiedad privada pero también establece que todo paraguayo es merecedor de un terreno".
"Los compañeros permanecerán en las haciendas ocupadas porque el estado debe proveerles del título correspondiente; y además tenemos previsto ocupar legítimamente otras propiedades porque el departamento de San Pedro (300 kilómetros al norte de Asunción) se encuentra invadido por extranjeros, principalmente brasileros que depredan los bosques naturales y contaminan los ríos y arroyos con sus plaguicidas", explicó en el idioma guaraní.
No obstante, aceptó la propuesta del presidente saliente Nicanor Duarte para integrar una mesa de negociación: "desde el sábado próximo en el pueblo General Resquín, en nuestro departamento, nos reuniremos con gente del gobierno y de otras organizaciones campesinas para coordinar las tareas de posesión de tierra, no de abandonarla", apuntó.
Benítez es un líder radicalizado que el jueves pasado organizó en el pueblo Curupayty un desfile pseudo militar de aproximadamente 100 hombres cubiertos con una gorra similar a la que usó el otrora guerrillero argentino Ernesto "Che" Guevara.
Los manifestantes desfilaron ante Benítez con machete al hombro como si fueran fusiles. Posteriormente, quemaron la bandera brasilera dentro de la propiedad del empresario agrícola brasilero Ulises Teixeira, dueño de 22.000 hectáreas de bosque natural y de cultivos de soja.
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