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Talleres integradores para discapacitados, en Los Nogales

Huerta, bordados y panadería son algunas de las tantas cosas que llenan de vida a las mujeres y jóvenes que asisten al CIC. El centro cuenta con una combi, que se utiliza para el traslado del grupo que asiste de 8 a 11 de la mañana los lunes, miércoles y viernes.

Lo que se busca, según la coordinadora, Graciela Soraire es que se sientan parte integradora del CIC y para eso se trabaja día a día.

Este trabajo es realizado en conjunto por un equipo de la Dirección de Capacitación y Organización Comunitaria dependiente del Ministerio de Desarrollo Social y por la gente del CIC (Departamento de Participación Comunitaria y gestión Intersectorial). Soraire nos comentó la satisfacción que siente al ver concretado su sueño "yo tengo una hija discapacitada y siempre quise hacer esto".

"Es impresionante las ganas que le ponen al hacer las cosas, te reconforta el alma trabajar con gente así", continua. "Ellos venden lo que hacen y con esa plata vuelven a comprar los insumos para continuar haciendo sus trabajitos, es un grupo heterogéneo. Cristian, de 19 años, es estudiante de Electromecánica. Es el más pequeño de todos y se lleva muy bien con las abuelitas", expresó.

Josefina Gutiérrez es una de las asistentes  al taller y se la ve radiante en su lucha contra una afección en una pierna, que la obliga a ayudarse con un bastón. “Hoy hicimos productos de panadería. Habitualmente preparamos prepizzas o facturas pero hoy nos tocó hacer unos cachitos riquísimos”,destacó.

"También hacemos artesanías, portalápices, carpetas bordadas, floreros y collares, entre otras cosas. Nos gusta mucho hacer esto, nos devolvió la vida,"nos contaba entusiasmada. "Yo no falto nunca, vengo siempre, esto es nuestra vida" comentaba.

Carlina, otra integrante, dijo: "Todo se hace en grupo, la idea es unirnos y trabajar en lo que más nos gusta hacer; hace 10 meses que participo y la verdad que me cambió la vida, yo a la noche estoy yendo a la escuela y terminando la primaria". Cabe destacar que Carlina es una señora mayor, ejemplo de empuje y de amor por la vida.

Por otro lado, María Teresa López, encargada del área de huerta, reveló que para este año están previstos muchos proyectos como el de la huerta aérea, que consiste en un sistema de cultivo que les permite trabajar sentados debido a sus dificultades motrices. Para esto, se utilizan unas cajas especiales de madera, a las que denominan "tablones" a 1 metro de la tierra. Allí, realizan las tareas de siembra "Yo era una persona normal, tuve un accidente de tránsito que me impide movilizarme por mis propios medios y caí en un pozo depresivo. Me sentía con ganas de morir al verme imposibilitada e inútil para todo tipo de trabajo, es ahí donde comencé a venir al CIC y me cambió la vida, ahora tengo ganas de hacer cosas y me siento muy cómoda con este grupo", comentó Rosa con emoción.

Ellos y ellas son un verdadero ejemplo de que "el no se puede" es una falacia. Con esfuerzo, dejan de lado sus dificultades y demuestran día a día que la discapacidad es sólo un estado mental. De ahí en más, por más limitaciones que se pueda tener, el amor a la vida tiene que ser un canto fuerte que resuena.