La Procuraduría General de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) denunció penalmente a los empresarios Hug Jinkis, a su hijo Mariano, y a Alejandro Burzaco, por defraudación pública y lavado de activos de origen delictivo, en el marco del escándalo de corrupción en la FIFA que explotó por la investigación de la Justicia de EEUU.
Según se desarrolló en la presentación, los Jinkis (titulares de la firma Full Play International Television SA) y Burzaco (ex CEO dueño de Torneos) adquirían a través de millonarios sobornos en la FIFA y en la Conmebol los derechos exclusivos de los partidos de la Selección Argentina que luego vendían "a precios exorbitantes" al Estado, que tenía la exigencia legal de transmitir en directo los encuentros.
Así, lograban "colocarse en una situación de privilegio especial para negociar" con el gobierno "los derechos económicos de comercialización del marketing, publicidad y transmisión de diversos eventos futbolísticos".
Para la Procelac, esta maniobra "provocó un grave perjuicio al patrimonio público", y por eso los denunció por el delito de fraude en perjuicio de una administración pública, ya que "su condición de únicos proveedores de los servicios pretendidos por el Estado" hacía inevitable la transacción.
Actualmente, los Jinkis tienen prisión domiciliaria en el país, mientras que Burzaco se encuentra en la misma situación en la ciudad italiana de Bolzano.
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