La maniobra especulativa de la mayoría de los distribuidores del gas en garrafa deja a la intemperie a extendidos sectores desprotegidos de la sociedad. De siete empresas consultadas, ninguna de ellas tenía envases dedicados a cubrir una necesidad obligados por el plan nacional. Tampoco los controles existen.
En el mejor de los casos se consigue una promesa que se normalizará luego del conflicto del campo.
Garrafa social: envase que contiene 10 0 15 kilos de gas licuado de petróleo. Elemento fundamental para miles de hogares tucumanos cuyos ingresos no les alcanza para instalar gas natural. Diccionario de los pobres.
Clase social :Conjunto de personas que pertenecen al mismo nivel social y que presentan cierta afinidad de costumbres, medios económicos, intereses, etc.
“No hay stock”. “Sólo se vende de 8 a 9 horas”. “No llegó el camión con el gas”. “No hay envases”, son algunas de las respuestas de los responsables de los puntos de ventas de la garrafa social. El precio es 22 pesos la de 10 kilos y 36 la de 15, retirando de los lugares establecidos. Si el usuario se acerca a las fraccionadotas a comprarla, sólo le venden si paga entre 30 y 32 pesos la de 10 kilos. En un recorrido por distintos puntos de ventas, de la publicitada garrafa social, se observa el manoseo a que son sometidos los usuarios.
” Vine a las seis y media de la mañana y me dijeron que se acabaron los números”, explicaba, casi sollozando, Ivana ( de 27 años), madre de tres hijos, en la puerta de una fraccionadota del sur de la capital. Por su parte Juan Pablo (39), vendedor ambulante de verduras, decía “Yo estuve ayer y decían que hoy llegaban las garrafas, me vine a buscar a las ocho y no había”, mientras acomodaba el envase vacío abajo del carrito cargado con mandarinas. “ El carbón es caro y no rinde como la garrafa” agrega el verdulero. “ Hace 13 días que hago fuego con leñas porque no podía juntar los 22 pesos”, explicaba desilusionada Graciela (56), una ama de casa que había caminado, junto a su hija de 17 años, más de 15 cuadras para buscar la garrafa social.
A los pobres no les venden la garrafa social al menos que paguen el precio “normal”. Y esta parte de la sociedad sólo usa este sistema para hervir agua y hacer un simple mate cocido, o un flaco guiso. Les pegan por todos lados y cada vez sufren más discriminación social. Las otras nacieron con ellos.
¿Dónde están los organismos encargados de controlar a las fraccionadoras?. ¿ Porqué no se sanciona a los infractores?. Hacen los que quieren con los precios. Se ponen de acuerdo para fijar las tarifas, a los mayoristas y al público. ¿No es oligopolio?.
En muchos hogares de la provincia la pobreza está instalada. Los especuladores siguen con sus atropellos y el gobierno ausente.
Algunos comprovincianos ya no pertenecen a ninguna clase social.
Daniel A. Villalba
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