La filial Tucumán de la DAIA y la Municipalidad de San Miguel de Tucumán organizaron el acto conmemorativo del 65 Aniversario del levantamiento del Ghetto de Varsovia. La actividad se desarrolló ayer, en el Bosque "Premio Nóbel de la Paz Itzhak Rabin", Av. Benjamín Araoz y Wenceslao Posse del Parque 9 de Julio.
Conmovedoras palabras de Jorge Klainman, autor del Libro “El séptimo milagro” y uno de los únicos cinco sobrevivientes del Holocausto judío, que viven en Argentina. En Tucumán, La DAIA, no tiene espíritu corporativo.
En un acto que estuvo atravesado por la idea de construir memoria, conocimiento, y la educación como instrumento indispensable para desarrollar esa tarea social, se realizó en el predio del Bosque Rabin, la recordación del levantamiento del Ghetto de Varsovia, en Polonia, cuando un puñado de jóvenes judíos se sublevaron contra el orden del régimen nazi que implicaba falta de libertad, hambre, represión directa y muerte. El levantamiento se transformó en símbolo de la resistencia a la opresión y fue reivindicado como un episodio importante dentro de la construcción de la memoria histórica de la humanidad.
En el acto de ayer, hicieron uso de la palabra una representante de la juventud de la DAIA, Melina Madero, la Magíster en Relaciones Internacionales, Marcela Jorrat; Jorge Klainman, representante del Museo del Holocausto en Buenos Aires, Fabian Neiman, secretario de la DAIA y por último, el intendente de la capital, Domingo Amaya, quien presidió la ceremonia, a la que asistió, en representación del gobernador de la provincia, el ministro de Seguridad Ciudadana, Mario López Herrera.
La mayoría de los discursos además de rescatar el significado del levantamiento de Varsovia y el hito que significó para el violento siglo XX, la ejecución del Holocausto Judío, se hizo hincapié en la necesidad de impulsar desde la educación, el conocimiento cabal de los acontecimientos, su comprensión y la instrumentación de estos hechos históricos, en curriculas educativas. En su discurso, Jorge Klainman, tras recordar su experiencia en diversos campos de concentración durante el yugo nazi, abogó porque las autoridades del país establezcan como materia obligatoria, en el secundario y en la universidad, el estudio de la Shoa, es decir, el Holocausto judío y de otras comunidades, como la de los gitanos o de otras nacionalidades, como la polaca o alemana, sostuvo.
En su momento, la magíster Marcela Jorrat resaltó la memoria histórica “que deviene un acto pedagógico”, presentó al nazismo como una “práctica excluyente y exterminadora” y resaltó la necesidad del esclarecimiento del pasado como un deber insoslayable.
LA DAIA NO TIENE ESPIRITU CORPORATIVO
Por su parte, el ingeniero Fabian Neiman, secretario de la DAIA, trazó líneas de confluencia entre el pasado del Holocausto y lo que describió como la realidad del presente, advirtiendo sobre la necesidad de denunciar prácticas discriminatorias, racistas que reiteran el ultraje a la que fue sometida la comunidad judía. Neiman fue categórico, cuando refiriéndose a Tucumán, rechazó la calificación de acción “corporativa” que se le adjudicara desde ciertos sectores y prensa –dijo—a la comunidad nucleada en la DAIA, en razón de que un miembro de esa comunidad sea funcionario de gobierno, desde hace diez años, en referencia al gobernador José Alperovich, acerca de cuya gestión dijo, contundentemente, que la organización no interviene y los “aciertos son producto de sus virtudes y sus errores, de la condición de falibilidad que tiene el ser humano”, dijo Neiman.
Por su parte, el intendente Domingo Amaya, que cerró con su discurso la conmemoración, encuadró los acontecimientos relacionados al Holocausto, en la violencia brutal contra el género humano y expresó que hechos como los descriptos, constituyen “una vergüenza para la propia humanidad”.
El homenaje fue planteado como un ejercicio de la memoria y de la dignidad “para reivindicar la vida, el respeto por la diversidad cultural, étnica y religiosa y de asegurarnos que nunca se repitan episodios que degraden, como lo hizo el Holocausto, la condición humana.
Durante el acto, Jorge Klainman y su esposa, encendieron una llama votiva, recordoria del levantamiento de Varsovia, participaron los abanderados de los colegios municipales y se entonaron los himnos argentinos, israelita y el de los partisanos, ejecutados por la Banda de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.
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