Así lo manifestó Cristina Fernández de Kirchner, en la inauguración del nuevo hospital de Aguilares. "Quienes más ganan, deben tender la mano solidaria al pueblo". A su turno Alperovich agradeció el apoyo de la Nación.
Varios ómnibus y vehículos colmaron la ruta nacional 38.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la inauguración de un hospital ubicado en la ciudad de Aguilares, cuya construcción demandó 10 millones de pesos subrayó: "Me pregunto qué nos pasó a los argentinos, qué nos pasó que durante tanto tiempo, que enfrascados tal vez en enfrentamiento artificiales, en discusiones sin sentido, perdíamos el tiempo mientras miles de argentinos dejados de la mano de Dios reclamaban salud y trabajo".
Así también, instó a los argentinos a que den una
batalla cultural para que los que más tienen comprendan que la
redistribución de los ingresos es mucho más que una
simple pelea por intereses económicos o sectoriales.
"Cuando
uno está al frente de los destinos de la república, la
lucha es para que los que más tienen entiendan, de una buena
vez por toda, que es necesario que quienes más han sido
favorecidos, que quienes ganan o más tienen, deben tender la
mano solidaria al pueblo, que reclama trabajo, salud, vivienda y
educación", aseveró la jefa de Estado.
Luego de haber inaugurado un moderno hospital público,
algo que no sucedía desde hace 50 años en la zona, la
Presidenta insistió: "Algunos creen que la distribución
del ingreso es sólo una batalla económica y de
intereses".
"La redistribución del ingreso
es una profunda batalla cultural, que tenemos que dar los argentinos.
No nos engañemos: en las grandes sociedades desarrolladas,
esas que muchas veces vemos por televisión, en los grandes
centros del mundo, esto no es sólo una cuestión
económica, sino que existe la comprensión cultural de
sus elites, de sus dirigentes, de cómo debe mejorar la calidad
de la riqueza de la nación, que también es de todos!",
recordó la mandataria.
Ante una multitud, la jefa de
Estado recalcó: "Es necesario que debemos esa gran
batalla cultural de hacerles comprender a los que más tienen
que no deben ver a los gobiernos que luchan por la distribución
del ingreso, por la justicia y por la dignidad como enemigos. Al
contrario, son los mejores aliados, porque dan sustentabilidad
social, cultural, a un país, a una nación, a una
república".
Durante su discurso de 15 minutos y
dirigiéndose a los sectores que critican la política
distributiva del gobierno, aunque sin mencionarlos, subrayó:
"Que miren a esos países a los que muchas veces admiran y
quieren imitar, y que se decidan a imitarlos en todo, porque esos
países han entendidos que la grandeza de una nación es
también la de un pueblo".
"La riqueza
también tiene que llegar a todos los rincones de la patria,
para hacer de ella un territorio más equitativo, más
justo, donde un argentino que vive en la Quiaca, en Tucumán o
en la Patagonia fría y despoblada siente el mismo grado de
compromiso de sus gobernantes con ellos", manifestó en el
tramo más aplaudido de su discurso.
Con el contexto
nacional como telón de fondo, la Presidenta destacó:
"Este hospital (por el inaugurado este martes) tiene otra
significación, porque es el símbolo del compromiso que
todos debemos tener para mejorar la calidad de los nuestros. Sabemos,
no obstante, que en esa batalla, en ese combate por la dignidad, por
mas salud, por más trabajo y por más vivienda, nos van
a poner obstáculos".
Cuando el Estado asume un rol
activo y distribuidor surgen los obstáculos, según la
Presidenta, "porque los hospitales, las viviendas, las calles y
las cloacas no se hacen con discursos, sino con recursos, con dinero,
y es, entonces, cuando la redistribución del ingreso se
convierte en algo más que un eslogan de una campaña
electoral".
Antes que la jefa de Estado, en la misma
línea política, el gobernador José Alperovich,
el otro orador, manifestó que, gracias a la distribución
del ingreso, Tucumán pasó a construir hospitales,
cuando "en 2002 era conocida por los 36.000 niños
desnutridos y por los 22 muertos como consecuencia del hambre".
"Eramos conocidos por el mal estado de nuestros
hospitales y porque teníamos la mayor tasa de mortalidad
infantil del país, de 25 por mil. Pero gracia al trabajo
conjunto que comenzamos con la Nación en 2003, bajamos ese
índice a 13,8 por mil en 2006 y a 12,8 por mil, en 2007. Esto,
en números absolutos, significa que le salvamos la vida a
1.200 niños", remató Alperovich desde el palco
montado a 80 metros del nuevo hospital.
El gobernador no
olvidó de agradecerle a la ministra de Salud, Graciela Ocaña,
que lo haya instado a construir el hospital sabiendo que "la
Nación lo iba a equipar" en aras de lograr que, gracias
al trabajo solidario y "en una clara señal para el
interior tucumano, pudiera construirse el primer hospital de los
últimos 50 años".
Alperovich, al pedir a
la concurrencia que siguiera apoyando a la Presidenta, reseñó:
"Sabía que, por su capacidad política e
intelectual, iba a convertirse en la garante de la continuidad del
proceso de transformación iniciado por el ex presidente Néstor
Kirchner y no me equivoqué. Esto es una demostración de
su compromiso con el destino de las provincias y con las políticas
adecuadas para satisfacer necesidades largamente postergadas".
En el nuevo hospital, para el que la Provincia invirtió
8 millones de pesos en infraestructura y la Nación otros 2
millones de pesos en equipamiento médico, trabajarán
130 personas, mientras que los servicios complementarios (cocina y
limpieza) estarán a cargo de cooperativas formadas con tal
fin.
El hospital dispone de una sala de guardia completamente
equipada; 32 camas distribuidas en 16 habitaciones privadas, con
baño, aire acondicionado y televisión, como si fuera un
sanatorio particular, y una sala de cirugía dotada de un
respirador artificial y un electrobisturí de alta tecnología.
La Presidenta, que llegó a Aguilares procedente de la
capital tucumana a bordo de un helicóptero, estuvo acompañada
por los ministros Florencio Randazzo (Interior), Alicia Kirchner
(Desarrollo Social), Graciela Ocaña (Salud), además de
por el secretario de Obras Públicas, José López.
La primera visita de Fernández de Kirchner como
presidenta despertó una gran expectativa hasta el punto de que centenares de ómnibus y vehículos colmaron la ruta nacional
Nº 38 (une la capital con las ciudades del sur tucumano, entre
ellas Aguilares), en el afán por participar del acto
multitudinario.
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