Se trata del ex subjefe de la Policía de Tucumán, Nicolás Barrera; y el ex jefe de la Unidad Regional Norte, Héctor Brito; quienes quedaron detenidos y fueron acusados por la Justicia del delito de "encubrimiento" del crimen de la joven tucumana.
Dos ex jefes de la Policía de Tucumán y otro hombre fueron detenidos en el marco de la causa por el crimen de Paulina Lebbos, cometido hace siete años en esa provincia, informaron fuentes judiciales.
Según los investigadores, se trata del ex subjefe de la Policía de Tucumán, Nicolás Barrera; y el ex jefe de la Unidad Regional Norte, Héctor Brito; quienes quedaron detenidos ayer y fueron acusados por la Justicia del delito de "encubrimiento" del crimen de la joven tucumana.
En tanto, en las últimas horas del miércoles fue apresado un hombre de 34 años de quien no trascendió su identidad, y que, según los pesquisas, utilizó el teléfono celular de la víctima apenas desapareció, el 26 de febrero de 2006.
De esta forma, suman cuatro las personas detenidas en el marco de esta causa, ya que el martes último por la noche había sido apresado un hombre de 34 años, tras un procedimiento realizado por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
Barrera y Brito fueron también apresados por efectivos de la PSA y llevados de inmediato a sede judicial, donde quedaron alojados en una alcaidía hasta que sean indagados.
La causa por el homicidio de Lebbos cobró impulso en los últimos días, luego de que el fiscal de instrucción de la IV Nominación de Tucumán, Diego López Avila, recibió un informe con los resultados de los entrecruzamientos telefónicos y de otras pericias técnicas.
Paulina desapareció el 26 de febrero de 2006 luego de haber concurrido junto a su amiga Virginia Mercado a un boliche de El Abasto, en la capital tucumana.
Al salir de allí, ambas amigas se subieron a un taxi y se dirigieron hacia la casa de Mercado, quien descendió, y Paulina siguió su viaje.
Su cuerpo fue encontrado 13 días después a la vera de la ruta 341, en la localidad de Tapia, 30 kilómetros al norte de San Miguel de Tucumán, aunque según la autopsia el crimen ocurrió el mismo día de su desaparición.
El caso comenzó a reactivarse el martes cuando un hombre de 34 años fue detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), y permanece incomunicado en la alcaidía de los tribunales penales.
Posteriormente, el fiscal interrogó a un hombre y su hijo, y descubrió que uno de ellos era el dueño de un chip que había sido colocado en el teléfono de la víctima el 26 de febrero de 2006, según surge de los informes técnicos.
El segundo sospechoso, que también tiene 34 años, quedó aprehendido en la noche del miércoles y ayer por la mañana comenzó a declarar ante López Ávila, quien luego de este paso deberá decidir si le pide al juez Francisco Pisa que convierta la aprehensión en detención.
El abogado Roberto Flores quien junto a Juan Carlos Casacci asumieron la defensa del primer detenido, dijo que "la única prueba que existe en contra de mi defendido son los informes técnicos de cruces de llamadas".
"Con la base tecnológica que hay en estos momentos pedimos al fiscal una pericia de ADN, lo cual es posible ya que en el cuerpo de Paulina se encontraron seis cabellos que no pertenecen a la víctima y tienen un origen genético distinto", indicó.
Según Flores, "el fiscal López Avila dijo que el inconveniente es que de esos seis pelos, después de siete años, sólo dos pueden ser peritados".
"La defensa pedirá esa medida tomando en consideración lo que nos manifestó nuestro defendido ya que la consideramos una prueba fundamental", concluyó.
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