Durante la jornada de ayer los abogados defensores realizaron sus alegatos. En todos los casos reivindicaron el aparato represivo. Luis Benedicto defendió a su hermano y argumentó que no hay pruebas para condenarlo. El defensor de Mijalchick hizo lo propio. La abogada Jorrat argumentó a través de una exposición fascista con un marcado tono xenófobo.
Con la argumentación de Luis Benedicto, en representación de su hermano, Juan Carlos Benedicto (fiscalía pidió prisión perpetua e inhabilitación absoluta perpetua), empezó la etapa de alegatos de los defensores de los imputados por crímenes de lesa humanidad en el juicio conocido como Megacausa Arsenales II-Jefatura II.
La fiscalía acusó a Benedicto de ser miembro de "patotas" que secuestraban y torturaban. El escribano estuvo seis meses prófugo en Paraguay.
Su defensor argumentó que su hermano cursaba el secundario en una escuela nocturna mientras se hacían -dijo- los " supuestos allanamientos".
Benedicto afirmó que ningún testigo identificó directamente a su hermano hasta que él salió en la prensa. "No hay pruebas de que 'Juanca' sea Benedicto. La Fiscalía y las querellas crearon una realidad", afirmó el abogado.
De este modo el abogado relativizó los testimonios de los testigos protegidos OP y NC.
"Mi familia no pertenece a ninguna de las dos facciones, ni la de los militares ni a la de los señores que quieren hacer un mundo mejor", dijo al cerrar su alegato.
El imputado, en tanto, no estaba en la sala de audiencias durante el alegato. Permaneció en la sala contigua.
También alegó la abogada Julieta Jorrat. Su exposición fue siniestra, xenófoba y en muchos momentos irrespetuosa y fuera de lugar. Mediante una presentación en Power Point, dijo que "los golpes militares eran reacciones porque el comunismo mataba civiles. Esto nos muestra que estábamos en una guerra".
La letrada no se inmutó al afirmar, con tono xenófobo, que "el Ejército estaba preparado para defender a la patria. Muchos de los terroristas eran paraguayos y bolivianos".
A su vez indicó que "no quedaba otra alternativa que aniquilarlos", en referencia a militantes tanto del ERP como de Montoneros.
Jorrat pidió la absolución de su defendido afirmando que no estuvo cumpliendo funciones en confidenciales ni fue nombrado por nadie. "El legajo personal de Hugo Javier Figueroa (fiscalía pidió prisión perpetua e inhabilitación absoluta perpetua) fue alterado, existe un legajo paralelo", sostuvo.
Luego llegó el turno de Facundo Maggio que defiende al cura José Mijalcik (fiscalía pidió 15 años e inhabilitación absoluta por el doble de tiempo de la condena) y a Juan Carlos Trucco (fiscalía pidió 25 años e inhabilitación para ejercer por el doble de la pena). Sin embargo expuso el letrado Luis Velazco, siendo la primera vez que asiste a la sala de audiencias. Se refirió a la imposibilidad de probar los delitos que aquí se juzgan, más de 30 años después. "No podemos tirar por tierra años de Derecho Penal, por más justa que sea la causa", indicó.
"Hay una caza de brujas", dijo por su parte Maggio, respecto a Trucco.
Hace 15 días los representantes del Ministerio Público Fiscal solicitaron la condena "a prisión perpetua e inhabilitación absoluta perpetua" para 33 de los 41 represores imputados en la megacusa "Arsenales II-Jefatura II", que se sustancia por delitos de lesa humanidad cometidos en esta provincia durante la última dictadura.
En el TOF se juzgan las responsabilidades que tendrían 41 imputados en 206 casos sobre privaciones de libertad, torturas, homicidios y delitos sexuales. Los hechos habrían tenido como escenario los centros clandestinos del Arsenal y la Jefatura de Policía, durante la última dictadura.
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