La derecha se desespera a tres semanas del balotaje cuando por primera vez dos mujeres de signo contrario, la socialista Michelle Bachelet y la conservadora Evelyn Matthei, disputen la segunda vuelta que definirá a la sucesora de Sebastián Piñera.
Por Margarita Bastías, para ANSA.
La derecha obtuvo uno de sus peores resultados al registrar apenas un 25 por ciento de votación, a lo que se sumó que los victoriosos senadores de la Región Metropolitana del gubernamental partido Renovación Nacional (RN) y futuros presidenciables, Andrés Allamand y Manuel José Ossandon anunciaran esta semana que se van de vacaciones.
Además Antonio Horvath, senador de la austral región
patagónica de Aysén, se reunió el jueves con la ex mandataria
(2006-2010) lanzando "un misil en la línea de flotación" del
comando de Matthei, más cuando a la salida del sorpresivo
encuentro declarara que "siento más afinidad con el programa de
Bachelet", declaraciones que reiteró hoy tras juntarse con
Matthei.
El díscolo Horvath, tenaz regionalista y luchador ambiental,
encabezó el programa del candidato Franco Parisi, que obtuvo el
domingo casi el 11 por ciento de la votación, arrebatándole
sufragios a la ex Ministra del Trabajo.
Aunque se advirtió que en un eventual balotaje debería
contarse con esos votos, la campaña de confrontación que
desarrolló la hija del ex jefe de la Junta Militar la tiene en
este minutos sin aliados para poder remontar la votación de
primera vuelta.
Para algunos, la situación de la derecha la ven como un
reordenamiento político profundo que dará paso a nuevas
expresiones en el sistema.
Pero lo que el jueves quedó claro es que Horvath arruinó el
relanzamiento del comando de Matthei pero además afirmó que era
partidario de una asamblea constituyente, algo que su sector
buscará impedir.
El presidente de RN, Carlos Larraín, intentó bajar el perfil
a la actitud de Horvath y la noche del jueves declaró a la
televisión que le parecía "sano" que Horvath defendiera la
Patagonia frente a Bachelet, que carbonizó la matriz energética.
Pero la reunión del senador con la ex secretaria de ONU
Mujeres fue un balde de agua fría y llevó a los máximos
dirigentes a pensar en su expulsión. Pero Larraín cree que
expulsar al senador podría facilitarle a la opositora Nueva
Mayoría un voto más en el Senado que, sumado al del
independiente Carlos Bianchi, le daría a ese sector una cómoda
ventaja para tocar las estructuras del modelo, con reformas que
hasta ahora han resultado inviables.
"Lo sucedido con Horvath es una señal. Pasada esta elección
viene un gran reordenamiento de las fuerzas políticas y de las
personas involucradas en ellas", reiteró Roberto Méndez,
director de la consultora Adimark y asesor del presidente
Piñera.
Es una readecuación que está avisada, agregó Méndez, porque ha habido otras señales ya, como las renuncias a la DC de militantes reconocidos: Jorge Navarrate y Yerko Lubjetic. Méndez señal{o hace 10 días a ANSA que la institucionalidad política no daba respuesta a los cambios que ha experimentado la sociedad chilena, mucho más exigente con los políticos. Para el analista este reordenamiento del cuadro político es "inevitable", sobre todo cuando "estamos ad portas de la eliminación el próximo año" del sistema binominal. Aseguró que el duopolio político que ha imperado desde 1990 "se va a romper, es muy difícil que se mantengan las dos grandes fuerzas, porque habrá una dispersión de grupos, es más, habrá una atomización pronunciada al principio", proyectó.
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