Los nuevos cooperativistas privados cubanos tienen "altos ingresos" además de "sentirse dueños de cuanto hacen" y "mejoran la calidad" de sus labores, ventajas que hoy no son corrientes en el sector estatal.
Por Francisco Forteza para ANSA.
De 161 de esas entidades aprobadas por el gobierno, que operan en La Habana desde julio pasado de manera experimental, "los cooperativistas se sienten contentos, y como fruto de su gestión son bien remunerados; ha mejorado la calidad de los servicios; hay una presencia más estable de los productos en los mercados", según un análisis preliminar publicado por el diario oficial Granma.
Según Liliana Ezquerra, vicepresidenta del Consejo de la
Administración de la capital, citada por el periódico, 99 de las
cooperativas no agropecuarias "tienen al gobierno como su órgano
de relación, mientras 38 al Ministerio de la Construcción, seis
al de Industrias, cinco al de Turismo, cuatro al de Transporte,
y tres a la Oficina del Historiador de la Ciudad, entre otros".
Las nuevas entidades que amplían el sector no estatal cubano,
a partir de decretos del gobierno, son fundadas por antiguos
empleados estatales que pasan a ser accionistas, se reparten
gastos y ganancias y venden sus productos o servicios a precios
de oferta y demanda.
Estas cooperativas se relacionan con acuerdos y contratos con
el estado.
La funcionaria agregó que las que están en funcionamiento en
La Habana se dedican a comerciar productos agropecuarios,
gastronomía, transportar pasajeros, reparación de vehículos,
construcción y reparación de casas Y arreglo de equipos
electrodomésticos, entre otros.
Ezquerra reconoció que al entrar en funcionamiento dos
cooperativas de taxis que cumplen rutas prefijadas "se
incrementó el número de pasajeros, incluso a un precio menor que
el de los trabajadores por cuenta propia, conocidos como
"boteros", que usan sus propios vehículos. El transporte público
siempre ha sido un gran dolor de cabeza para las autoridades
cubanas.
Las cooperativas no agropecuarias son con frecuencia
elogiadas de manera oficial, y parecen la modalidad privada
preferida por las autoridades interesadas en desarrollar las
transformaciones en el marco del socialismo.
El gobierno aclaró ya, no obstante, que el eje económico
cubano tras la conclusión de los cambios seguirán siendo las
empresas estatales, que son sometidas también a un proceso de
transformación para eliminar sus ineficiencias, baja
productividad y bajas remuneraciones, lo que las hacen en parte
una carga pesada para el presupuesto estatal.
Las cooperativas parecen dejar detrás, según el análisis, los
"fantasmas" económicos y financieros de los grandes entes
estatales, aunque ya se advirtió oficialmente que nunca los
sustituirán como medio crucial del sistema socialista de Cuba.
Ezquerra anunció además que en diciembre próximo será abierto
el capítulo de las cooperativas dedicadas a vender productos
agropecuarios, un mercado mayorista para mejorar así los
suministros de las nuevas entidades, cuyos precios, estimó,
"siguen siendo elevados".
Una demanda permanente de los 440.000 cuentapropistas dedicados a 201 oficios en Cuba desde que fue aprobada la expansión del sector no estatal son las fundaciones de mercados mayoristas estatales en los sectores a los que se dedican.
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