La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), se pronunció ayer por primera vez sobre la red de corrupción conocida como "Mensalao" al expresar su preocupación respecto de la salud del preso José Genoíno, ex titular de la agrupación.
Sin embargo, evitó hacer comentarios sobre las condenas del Supremo Tribunal Federal contra Genoíno y otros petistas encumbrados.
Rousseff afirmó sentir una "preocupación humanitaria (sobre)
el estado de salud del diputado José Genoíno (dado que sufre)
una dolencia extremamente grave del corazón", luego de haber
sido sometido a una intervención quirúrgica en julio.
Con esas declaraciones Rousseff quebró el silencio que se
había impuesto desde el viernes pasado frente a las prisiones de
importantes miembros del PT, condenados por participar en la
asociación ilícita que perpetró el "Mensalao", durante el
gobierno del ex presidente Lula da Silva.
Genoíno fue presidente del PT hasta 2005, precisamente cuando
se destapó el "Mensalao", una trama de financiamiento ilegal de
campañas, incluso la de Lula, y pagos extorsivos a congresistas,
que dio origen a la peor crisis de aquella gestión.
El martes Genoíno fue sometido a una serie de exámenes en el
Instituto Médico Legal de Brasilia, donde está preso José
Dirceu, otrora hombre clave de la gestión lulista y Delubio
Soares, ex tesorero del partido.
El martes Lula declaró estar alarmado por el cuadro clínico
de Genoíno y reiteró que dará su versión sobre el esquema de
corrupción cuando concluya la fase de apelaciones del, así
llamado, "Juicio del Siglo".
Durante la entrevista concedida ayer a una radio de Campinas,
ciudad del interior de Sao Paulo, la presidenta citó sus años
como presa política bajo el gobierno militar (1964-1985) cuando
militó en una organización armada.
En ese sentido comentó que "yo estuve encarcelada con la
mujer de Genoíno, que se llama Rioko, durante el período de la
dictadura militar, por lo tanto cuando manifiesto mi
preocupación por la salud de él lo hago de forma estrictamente
personal".
La señora Rioko y los dos hijos de Genoíno se encuentran
desde el lunes acampados frente al Complejo Penitenciario de
Papuda, en las afueras de Brasilia, donde exigen que el detenido
pase a un régimen de prisión domiciliaria en su casa de Sao
Paulo.
Junto a la esposa de Genoíno, Rioko, hay una decena de
militantes del PT apostados frente a la cárcel, que el martes
fue visitada por altos dirigentes y congresistas de la
agrupación que denunciaron que la Corte realizó un juicio
"arbitrario y político" contra partido.
Pero mientras el partido oficialista no ha mezquinado
manifestaciones de apoyo a sus conmilitones presos el Palacio
del Planalto, sede de la Presidencia, optó por un perfil tan
reservado que ni siquiera los ministros han formulado
declaraciones.
Por ello tuvo más impacto hoy el fin de ese silencio a través
de la palabra de la Jefa de Estado, quien según analistas evita
que su gobierno se "contagie" del desgaste que el "Mensalao" ha
originado en el partido oficialista.
Consultada sobre el fallo del Supremo Tribunal Federal en
perjuicio de Genoíno, Dirceu, Soares y otros petistas, Dilma
eludió manifestarse.
"Yo no hago observaciones, críticas o análisis respecto de
las sentencias de la Suprema Corte de mi país, y considero que
esto deber ser así porque es un procedimiento exigido a los
titulares de los Poderes (de la República), no sólo a mí"
comentó.
Seguidamente comentó que si hablara de la Corte "le estaría faltando el respeto a la Constitución" por lo que la conducta más correcta es no emitir ningún parecer sobre la Justicia para "hacer posible la convivencia armónica (entre los poderes Ndr.)".
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