La oposición brasileña afirmó que el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) busca debilitar al Supremo Tribunal, luego del encarcelamiento de líderes petistas condenados por corrupción durante el gobierno de Luiz Lula da Silva (2003-2010).
"El Supremo Tribunal Federal es una institución fundamental del sistema democrático que tiene que ser preservado y no debe ser atacado permanentemente como lo hace el PT", declaró el senador Alvaro Dias, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB).
Ayer cumplieron su segundo día de prisión José Dirceu, otrora
hombre fuerte de la gestión lulista, el ex titular del PT José
Genoíno y el ex tesorero petista Delubio Soares, todos
condenados por su participación en la red de sobornos conocida
como "Mensalao" (pago mensual Ndr.) que se destapó en 2005,
causando la peor crisis del gobierno de Lula.
"Creo que este juzgamiento de Dirceu es histórico, ahora
esperamos que se juzguen las más de 300 acciones contra
autoridades que están encajonadas", afirmó el legislador
socialdemócrata Dias.
El PSDB, cuyo líder histórico es el ex presidente Fernando
Henrique Cardoso, considera que el "Mensalao" es sólo el
emergente de un modelo político instaurado durante los dos
gobiernos de Lula y mantenido por la presidenta Dilma Rousseff,
también petista.
En general, los adversarios del gobierno estiman que los
encarelamientos iniciados el viernes afectarán la imagen del PT
y estiman, aunque con menos convicción, que también serán un
pasivo para Rousseff, que buscará ser reelegida en 2014.
"Espero (que en 2014) estas prisiones hagan que la población
reflexiones sobre el modelo político de este gobierno, que es
igual al anterior, donde se convirtió al Estado en un balcón de
negocios. Es una consecuencia de ello, yo creo que (los comicios
son la oportunidad) para derribar este sistema", dijo Dias a una
radio.
En las elecciones del año que viene, destacó por otra parte
Agripino Maia, del partido Demócratas, los "candidatos del PT
van a tener vergüenza" del escándalo del Mensalao en que
envolvieron Dirceu, Genoíno y otros ex dirigentes de peso.
El presidente de la agrupación opositora Demócratas criticó a
Dirceu y al PT por descalificar al Supremo Tribunal, y afirmar
que el proceso del "Mensalao" fue político.
José Dirceu ingresó el viernes a la sede de la Policía
Federal, donde quedó detenido. Lo hizo con "el puño erguido, un
gesto que demostró claramente que para él la lucha continúa e
instando a sus compañeros del PT", dijo Agripino Maia en
entrevisa publicada hoy por Correio Braziliense.
"En el PT se ven resquicios autoritarios, el PT se considera
superior, es arrogante, sus presos en lugar de estar de cabeza
gacha parecen estar conmemorando una victoria y son aclamados
por los militantes", comentó por su parte Alvaro Dias.
Mientras tanto, la presidenta Rousseff optó por guardar
silencio ante las detenciones de este fin de semana que ocuparon
espacios salientes en diarios y medios electrónicos, y Lula se
limitó a llamar por teléfono a Dirceu, pero evitó formular
declaraciones.
Según Correio Braziliense, en el Palacio del Planalto
(Presidencia) estiman que el costo político del "Mensalao" no
afectará a Rousseff, pues ella construyó una imagen de
administradora correcta.
Algunos dirigentes del PT asumieron la defensa de sus
correligionarios condenados y presos por corrupción, y lo
hicieron demandando que el Supremo acelere el proceso contra lo
que ellos llaman como "Mensalao de los tucanes (tucán es ave que
símboliza al PSDB).
El referido "Mensalao" es una causa contra el financiamiento
supuestamente ilegal de una campaña electoral en el estado de
Minas Gerais, el segundo más poblado del país.
"El Mensalao de los tucanes continúa impune; tendremos que
ver ahora si el Supremo Tribunal Federal actúa frente a él con
ímpetu republicano" y acelera al proceso", declaró el diputado
petista Ricardo Berzoini.
"El PT hace de todo para comparar los dos casos, pero son muy
diferentes, porque el Mensalao de ellos fue pago mensual (de
sobornos a diputados) a cambio de favores, y en Minas Gerais lo
que hubo fue un problema electoral", refutó el diputado
socialdemócrata Eduardo Azeredo al diario O Globo de hoy.
La causa contra los socialdemócratas investiga si esa agrupación financió la campaña a la gobernación de Minas Gerais de 1998 con dinero obtenido de forma ilegal.
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