Ni siquiera marca en las encuestas, pero desde que Roxana Miranda apareció entrevistada en los programas políticos y luego en los debates televisivos junto a los ocho candidatos presidenciales, los chilenos comenzaron a hablar de ella.
Es una de las tres mujeres candidatas presidenciales que con 47 años, saltó a la palestra pública como dirigente de la Asociación Nacional de Deudores Habitacionales (ANDHA).
La
agrupación (ANDHA) que le hizo la vida imposible a los presidentes
Ricardo Lagos (2000-2006) y Michelle Bachelet (2006-2010), con
manifestaciones provocativas en actos oficiales, subiéndose a
grúas o palas mecánicas, ocupando oficinas fiscales o lanzándose
al río Mapocho de Santiago.
Vive en una población de la comuna urbano-agrícola de San
Bernardo (40 kilómetros al sur de Santiago) y su casa está a
punto de ser rematada. Su padre, obrero municipal, murió cuando
ella tenía 6 años. Y la madre falleció de un cáncer justo cuando
Roxana salía del hospital luego de haber nacido sus mellizas.
Estudió en una escuela pública. Quería seguir Diseño pero
aprendió sola, mirando coser a su madre, y se convirtió en
"modista autodidacta". Hace 11 años, en su población, fue
elegida dirigente de la junta vecinal. Y cuando llegaron las
deudas habitacionales se transformó en la líder de la Asociación
de Deudores Habitacionales, Andha Chile.
Su candidatura la inscribió el naciente Partido Igualdad que
lo integra, dice Miranda, "gente sin dientes, gente sin trabajo,
gente sin pan, gente común y corriente que, con visión política,
decidimos legalizar una herramienta que nos permitiera autonomía
no sólo como movimiento, sino que autonomía política".
No es de izquierda, centro ni derecha. "Yo soy del mundo
real, que no tiene que ver si es de izquierda, derecha, del
centro. Nosotros somos de la gente explotada, abusada por este
sistema capitalista", dice con una fuerza que iluminan los ojos
de esta mujer atractiva que sorprendió ante las cámaras de
televisión.
Se identifica con el presidente Evo Morales, "porque es un
poco lo que hoy día estamos haciendo con nuestra candidatura: un
dirigente indígena y la Roxana una dirigente torreja
(atorrante), poblacional y más encima estafada por la deuda".
"Lo que yo admiro de él es su tremenda capacidad. Sin tener
grandes conocimientos, ha ido expropiando recursos que hoy día
le están sirviendo para darle más dignidad al pueblo de
Bolivia", dijo.
Miranda considera que a ella no le faltan estudios e ironiza
con que tiene "un Magíster en Economía", como se lo espetó en su
cara a Bachelet en los debates presidenciales señalándole que
ella hace maravillas para llegar al mes con los 80 dólares que
dio como bono durante su gobierno.
"Hay que ser magíster para distribuir eso en una canasta
familiar de las comunas de la periferia de Chile. Y como yo, hay
miles de economistas que tienen magíster, trabajadores que ganan
una mugre (miseria) de sueldo y que con eso hacen maravillas".
"No necesito ir a la universidad para darme cuenta de que las
cuentas aquí en Chile no cuadran. No necesito ser doctora, como
la señora Bachelet, para darme cuenta de que aquí la enfermedad
no somos nosotros; son ellos", acusó.
"No necesito ser ingeniera para darme cuenta de que la
construcción y la elaboración de las viviendas en mi país han
sido de mala calidad, donde se construye para el norte las
mismas casas que se construyen para el sur".
"Ahí te das cuenta -prosiguió- de que esta clase intelectual
a la que yo le hago una crítica importante, esta clase macabra,
es la que nos tiene como nos tiene".
A quienes la tratan de resentida social, ella responde: "soy
cuatro veces resentida, porque aquí les mintieron a mis abuelos,
a mis padres, a mí y les mintieron a mis hijos. Porque ser
resentido es sentir dos veces y a mí no me han hecho sentir dos
veces; me han hecho sentir dos mil veces".
"Desde que nací he vivido las penas del infierno en todo
sentido. Pasamos hambre cuando murió mi papá, luego cuando murió
mi abuelo, en lo económico, mal, mal, mal. Mientras algunos
luchaban por la dictadura o contra la dictadura, nosotros
estábamos buscando un pedazo de pan", desnudó.
Para ella, Bachelet y Evelyn Matthei representan la misma
cosa y no dudó de motejar al nuevo pacto opositor de centro
izquierda de "Nueva Pillería".
Marta Lagos, directora de Latinoabarómetro, la compara con la
nueva Gladys Marín (la fallecida presidenta del Partido
Comunista), "pero menos políticamente correcta".
"Su discurso es crudo, insolente, irrespetuoso, pero no
descalifica la política. Ella habla desde una experiencia muy
profunda y la articula de manera muy brutal", precisó Lagos a
ANSA.
Recordó cuando le preguntaban sobre los encapuchados y la violencia en las protestas y ella contestó: "los encapuchados están en La Moneda y en los bancos", en un claro misil a los políticos que no dan respuesta a las demandas sociales y a los empresarios que la endeudaron. "Roxana Miranda dice lo que la gente piensa pero no se atreve a decir", completó la socióloga.
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