La medida de fuerza de duración indefinida, que se lleva a cabo desde la madrugada del pasado martes y motorizada por las tres centrales sindicales, alcanzó su primera semana sin que se vislumbre una solución en el corto plazo.
Los paros, -convocados por la Unión General de Trabajadores de España (UGT), la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) y la Confederación General del Trabajo (CGT de España)- continuaron tras una concentración llevada a cabo ayer a la tarde.
A partir de ese momento, además de la medida de fuerza, fueron quemados 260 contenedores, se produjeron más de 40 actuaciones por daños en otros mobiliarios urbanos, además de los incendios que afectaron a casi 40 vehículos particulares, informó el Ayuntamiento.
Ante esta situación, el presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid, Antonio Gil, manifestó "la honda preocupación" del sector por "el daño que produce a la imagen turística de Madrid la actitud de algunos piquetes empeñados en llenar de basura las zonas más turísticas de la ciudad".
Los sindicatos no esperan que el conflicto finalice los próximos días y aseguran que no recibieron ningún pedido de reunión. Por el contrario, las empresas concesionarias dicen que lamentan los incidentes que se siguen produciendo cada vez que salen los servicios mínimos y afirman que tienen voluntad de negociar.
Los sindicatos realizan esta convocatoria en protesta por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) anunciado por tres de las empresas concesionarias del servicio y que podría afectar a 1.134 trabajadores que se suman a los 350 que fueron despedidos en agosto, cuando se puso en marcha el contrato integral.
"Las empresas concesionarias reclaman una baja de salario del 43%", ante lo que los sindicatos plantearon "un marco de congelación salarial que no es aceptado por las compañías", informó el vocero de UGT Moisés Torres, según despacho de Europa Press.
Por su parte, el vocero de CCOO, recordó la huelga que tuvo lugar en el año 1993, cuando los paros duraron 32 días, y aseveró que los trabajadores se sienten apoyados por la sociedad que, aunque sufre las "molestias" de la huelga "entiende" la situación de los trabajadores.
El ERE es un procedimiento contemplado por la legislación española mediante el cual una empresa, en mala situación económica, busca autorización para suspender o despedir trabajadores.
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