El poeta chileno Pablo Neruda murió en 1973 por el cáncer de próstata que padecía y no por un envenenamiento, según los resultados de los estudios científicos conocidos, pese a lo cual el juez que entiende en la causa, Mario Carroza, consideró que no se puede dar por cerrado el caso.
El director del Servicio Médico Legal (SML), Patricio Bustos, explicó que en el cuerpo de Neruda "no se encontraron agentes químicos relevantes que pudieran relacionarse con el desenlace de la muerte" ni tampoco "evidencia forense alguna que permita establecer una etiología médico legal por causas no naturales".
El informe publicado esta mañana por Bustos afirma que "las diversas técnicas complementarias entre sí revelaron la existencia de lesiones metastásicas diseminadas en varios de los segmentos del esqueleto, en justa correspondencia con la enfermedad por la que estaba siendo tratado" el poeta.
Los estudios también determinaron la presencia de sustancias derivadas de productos farmacéuticos destinadas al tratamiento del cáncer de próstata que padecía Neruda, que eran empleadas en 1973.
Pese a esos exámenes que consideró "concluyentes", el juez Carroza evaluó que "aún no se puede decir si a Neruda lo mataron o no".
"Los antecedentes que están recogidos en el informe serán adjuntos al expediente y van a quedar a disposición de los abogados para que se hagan las observaciones; si se da la posibilidad de otras pericias, también es factible", explicó Carroza.
El magistrado, además, detalló que aún resta la pericia que "confirme que el cuerpo analizado corresponde al poeta".
Carroza fue enfático al decir que "se mantienen abiertas todas las posibilidades que la ciencia permita" para llegar a la verdad e insistió en que "hay que analizar primero todas las partes".
Por su parte, el abogado y sobrino de Neruda, Rodolfo Reyes, reclamó que siga la investigación, pese al resultado del informe, para que "no quede ninguna duda" respecto de la muerte de su tío.
Para Reyes, "si bien es respetable lo que el informe señala, no se descarta ninguna otra acción que pueda colaborar en el esclarecimiento de la muerte".
"Esto es un primer informe y se abre ahora un camino", concluyó el sobrino del poeta.
El abogado que entabló la querella, Eduardo Contreras, también avanzó en la línea de que restan pericias toxicológicas porque, como "han pasado muchos años, hay elementos que desaparecen, como el gas sarín".
"El caso no se cierra hoy día; vamos a solicitar nuevas muestras", agregó Contreras.
Los exámenes que descartaron el envenenamiento como causa del fallecimiento fueron realizados por científicos del Servicio Externo de Ciencias y Técnicas Forenses de las universidades española de Murcia y estadounidense de Carolina del Norte y por especialistas del Servicio Médico Legal chileno.
La causa judicial por la muerte de Neruda se abrió el 30 de mayo del 2011, después de una querella presentada por el Partido Comunista, patrocinada por Contreras, a partir de una entrevista en la que el chofer del poeta, Manuel Araya, rechazaba que Neruda estuviera grave días antes de su muerte.
Según explicó Araya entonces, se tomó la decisión de trasladarlo a la Clínica Santa María desde su casa en Isla Negra, el 19 de septiembre de 1973, para escapar del asedio del que era víctima y, de esta forma, esperar en Santiago la salida del vuelo enviado por el entonces presidente de México, Luis Echeverría, para que el escritor saliera del país.
El Premio Nobel de literatura 1971, cuyo verdadero nombre era Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, falleció el 23 de septiembre de 1973, 12 días después del golpe de Estado del dictador Augusto Pinochet, que derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende.
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