"Nadie Mira" es el título de la exposición organizada por el Ente Cultural que el plástico tucumano Donato Grima inaugurará el jueves a las 20.30 en el Museo Timoteo Navarro, dotada de alrededor de 40 obras de reciente factura (acrílicos y técnicas mixtas) que el público podrá apreciar en la sala principal y en tres de los espacios laterales de esa institución.
Las palabras preliminares serán dichas por Manuel Andújar, las del catálogo fueron escritas por el periodista Ricardo Reinoso y las obras permanecerán expuestas hasta el 8 de diciembre.
“Uno va puliendo el lenguaje que utiliza. En esta etapa predomina mi ubicación en el contexto cultural social y político. Creo que hay una indiferencia de parte de la sociedad y eso está planteado en la obra. Nadie mira: la sociedad no se involucra”, postula Grima.
Nacido en 1941, su aparición en la escena artística tucumana se remonta a la década del 70; pintor, dibujante y diseñador gráfico, residió en países como Venezuela y España y sus piezas están alojadas en museos y colecciones de países de Latinoamérica y Europa.
La última exposición del artista fue en octubre de 2011 en Buenos Aires, donde lo presentó Julio César Crivelli, presidente de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes.
Para Crivelli, la obra de Grima “remite al caos con que se inicia toda creación, el terror primordial, la necesidad de ordenar, el descubrimiento. El acto pictórico implica ir más allá de la conciencia, ingresar a un territorio prohibido, un sitio sagrado en el que está vedado representar la imagen. Y pese a la prohibición, atreverse a reflejar las fuerzas múltiples e invencibles que están dentro de nosotros”.
Según Antonio Manuel Campoy (Diario ABC de España), Grima es esencialmente un pintor, pero un pintor que -rara avis- es un dibujante más que excelente. Uno y otra, dibujo y pintura aparecen exactamente separados como géneros. En este campo, Donato Grima es de una eficacia incisiva; puede ser a veces, inmisericorde en la metáfora, sin que por ello pierda la compostura ni renuncie jamás a la calidad intrínseca de lo plástico”.
Ricardo Reinoso, finalmente, marca dos claves en la imaginería de Grima: el poder y el sexo: “El poder, que pisotea sin piedad, se erige en la montura de un caballo con reminiscencias de lo sagrado. La divinidad parece avalar la crueldad de los poderosos, porque tampoco mira. Está de espaldas y deja hacer. Los débiles están solos. Duermen un sueño parecido a la muerte. El otro tema que predomina en la obra del artista es el del sexo: la mujer es vista como un universo fascinante, donde conviven las pasiones carnales y el amor con los interrogantes del poder y la presencia de lo divino”.
La muestra se podrá visitar hasta el 8 de diciembre inclusive, de martes a viernes de 9.00 a 13.00 y 17.00 a 21.00. Sábados y Domingos de 17.00 a 21.00. Feriados de 17.00 a 20.00. Lunes Cerrado.
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