En La humanidad del genoma. ADN, política y sociedad, el doctor en Química y editor de la revista Science Alberto Kornblihtt desbarata las especulaciones sobre la naturaleza genética de determinadas conductas y asegura que la biología molecular en la Argentina es una de las más avanzadas de la región.
El libro, publicado por el sello Siglo XXI en la colección Ciencia que ladra, explica cuestiones muy técnicas con una agilidad y un nivel de conocimiento que las vuelve sencillas y accesibles al curioso y para todo aquel que no sea o no se considera un experto en la materia.
Kornblihtt nació en Buenos Aires en 1954. Es licenciado en Biología y doctor en Química por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA); realizó, además, un posgrado en Oxford; es investigador superior del CONICET e International Research Scholar del Howard Hughes Medical Institute de los Estados Unidos. Ha ganado las becas Guggenheim y Antorchas, la Medalla del Bicentenario y el Premio Konex de Platino.
Esta es la conversación que sostuvo con Télam.
T : ¿En qué estado está la biología molecular y la ingeniería genética en la Argentina?
K : La Argentina tiene una larga tradición de investigación en ciencias biomédicas y en particular en bioquímica. Por esta razón, la biología molecular tiene un grado de avance significativo si se la compara con otros países de la región. En la Argentina se producen organismos genéticamente modificados como bacterias, hongos, plantas y animales. No obstante, debido al desarrollo de los países centrales y de las multinacionales, la mayor parte de los desarrollos de ingeniería genética en la salud y en la producción provienen de afuera.
T : El prefijo bio se está usando, creo, demasiado. Pregunto: la bioética ¿está atrasada respecto de las investigaciones en genética molecular?
K : No creo que esté atrasada. Además de varios especialistas y comités de bioética, el país cuenta con un Comité Nacional de Ética en Ciencia y Tecnología que se encuentra trabajando activamente y ha hecho numerosos aportes y recomendaciones para casos paradigmáticos de los problemas éticos de la investigación y de los investigadores.
T : ¿Cómo funciona en nuestro país la cuestión de las patentes? Por ejemplo, si se descubre una nueva vacuna contra una nueva peste, ¿quién la produce, quién la vende, es conocimiento universal? ¿Cuál es el papel del estado en esos casos?
K : No soy un experto pero creo que la tónica es que la patente proteja a la institución estatal donde se hicieron los descubrimientos y a los investigadores pagados por el estado que los hicieron. Con esto me refiero a las universidades nacionales y a las instituciones como CONICET, INTA, INTI, CONEA, etcétera.
T : ¿Cuál es su opinión acerca de los lugares comunes que proliferan acerca de un supuesto un gen del amor, de la locura, del impuso suicida, del impulso criminal, etcétera?
K : Como en todo lo referente al comportamiento humano, muchas veces se hacen afirmaciones que no tienen ningún grado de sustentación, ni observacional ni experimental . No hay prueba alguna de que exista un gen del amor, de la locura, del impuso suicida o del impulso criminal. El ser humano tiene la capacidad de subvertir el instinto y eso no es incompatible con la importancia del medio ambiente social, cultural, económico y hasta intrauterino en la definición de un determinado comportamiento.
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff