La lluvia trajo alivio para los tucumanos, pero más para las autoridades de la SAT (Aguas Sucias de Tucumán). La cantidad que cayó se mezcló con la que corre diariamente por las calles del Jardín de la República y hará que no se note ,por unos días, las pérdidas del líquido que hay en cualquier parte de la Ciudad Histórica. El único inconveniente para disimular es el olor nauseabundo que conlleva en algunos sectores., pero eso ni les calienta a quiénes deben velar por la salud de los tucumanos. Un claro ejemplo de lo enunciado es lo que sucede en la calle Lincoln desde el 900 hasta el 1400; potenciado por grandes lagunas en las esquinas. Una vergüenza para las autoridades y un peligro para los habitantes de la zona. Habrá alguien que se ocupe de esto ya que no es la primera vez, denuncian los vecinos. Será mejor que compren máscaras y canoas , des diría . Chau
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