Tras haber sido rechazados por la Argentina, donde se ocultó por décadas, y por la ciudad de Roma, donde cometió sus delitos, los restos del criminal de guerra nazi Erich Priebke tampoco encontrarán descanso en su ciudad natal, Hennigsdorf, en el Nordeste de Alemania
La municipalidad de Hennigsdorf tomó esa decisión después de que, ante el rechazo de la Argentina a recibirlo, la comunidad judía italiana pidiera ayer que Priebke no fuera enterrado en Italia.
En el municipio donde el criminal nazi es oriundo la socialdemocracia del PSD y el partido de la izquierda Die Linke acumulan 19 de las 32 bancas del consejo de gobierno.
La administración local adujo que el cementerio comunal sólo admite entierros de habitantes de la ciudad y de sus familiares. Priebke, que falleció en Roma el 11 de octubre a los 100 años de edad, nació en Hennigsdorf, pero su familia no tiene allí ninguna tumba, informó la agencia DPA.
La localidad, de alrededor de 25.000 habitantes, es un municipio limítrofe con Berlín que creció sin pausa entre 1900 y 1980, pero desde la reunificación alemana oscila, al igual que todo el Land de Brandenburgo, entre la despoblación y el estancamiento.
El criminal nazi Erich Priebke fue condenado por la masacre de las Fosas Ardeatinas, donde dirigió el asesinato de 335 civiles en 1944 como represalia por un ataque de la resistencia italiana a la ocupación alemana, y donde pasó sus últimos años en arresto domiciliario.
El gobierno alemán, por su parte, apuntó que no hay ninguna solicitud oficial por parte de las autoridades italianas para enterrar a Priebke en suelo alemán.
"El sitio y la forma en la que enterrar al señor Priebke tampoco es una decisión que corresponda al gobierno alemán", dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores, Martin Schäfer. "Es más bien una decisión que deben tomar los familiares".
Priebke se mantuvo fiel a la ideología nazi hasta el final y nunca se disculpó por los crímenes cometidos. En un comunicado publicado después de su muerte admitió que los judíos habían sido perseguidos por los alemanes, pero negó la existencia de cámaras de gas.
El 12 de octubre, el abogado de Priebke había anunciado que el funeral y sepelio del nazi tendría lugar en Roma porque la Argentina -donde Priebke se escondió entre 1955 y 1995- rechazó la posibilidad de que su cuerpo fuera "enviado a la Argentina para ser enterrado al lado de su esposa en Bariloche".
Pero el presidente de la comunidad judía en Roma, Riccardo Pacifici, propuso ayer que los restos mortales del oficial nazi y criminal de guerra Erich Priebke, fallecido el viernes pasado, sean trasladados a Alemania.
"La historia nos enseña que las tumbas de los criminales se convierten en lugar de peregrinajes. No podría vivir tranquilo sabiendo que la tumba de Priebke está en Roma, en la misma ciudad de las Fosas Ardeatinas", explicó Pacifici.
"Creo que Alemania sería la solución más lógica", concluyó hoy el presidente de la comunidad judía en Roma.
"Nadie quiere su tumba, en primer lugar la Argentina, que ya se ha pronunciado al respecto. Tampoco lo quieren la ciudad de Roma y la Iglesia", concluyó.
Las Fosas Ardeatinas es el lugar en el que Priebke y otros oficiales nazis fusilaron en 1944 a 335 italianos, entre ellos 75 judíos, como parte de una represalía ordenada por el propio Adolf Hitler desde Berlín, tras un ataque de la resistencia romana contra un grupo de fuerzas alemanas de ocupación.
"Para los `nietitos` de Hitler el funeral de Erich Priebke sería una excelente ocasión para organizar un evento nostálgico", remató Pacifici.
Al rechazo argentino le siguieron el del alcalde de Roma, el dirigente de centro-izquierda Ignazio Marino, y el de la propia Iglesia Católica.
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