Lo afirmó el Doctor Máximo Ravenna basándose en una investigación que demostró que los nervios del estómago, encargados de identificar que está lleno, pierden sensibilidad después de consumir a largo plazo una dieta rica en grasas.
Según un estudio australiano, el mecanismo que posee el estómago destinado a detectar la saciedad que se siente al comer se daña notablemente en los individuos obesos.
Stephen Kentish y sus colegas de la Universidad de Adelaida, en Australia, han publicado el estudio en cuestión en la revista “International Journal of Obesity”.
Allí también se determina que el exceso de peso deriva en un mal funcionamiento de la leptina, que es la hormona que en circunstancias normales manda al cerebro la señal de saciedad.
Para Ravenna, "estos dos mecanismos combinados hacen que los obesos se vean inmersos en un círculo vicioso del que es muy difícil salir sin la ayuda de un profesional competente que les entregue las herramientas conductuales y psicológicas que les permitan empezar a controlarse en el tipo y en las cantidades de comidas que se ingieren, independientemente de la demanda que les haga su organismo ya dañado”.
El especialista explica también que “lo positivo es que el normal funcionamiento de ambos mecanismos se recupera una vez que se baja de peso y se mantiene”.
Por esto, el psicoterapeuta reitera que es muy importante trabajar sobre la psiquis del paciente para suplir con éxito esos desbarajustes orgánicos persuadiendo a los obesos para que "pongan la mente en blanco" y se concentren en los límites necesarios para modificar sus hábitos alimentarios y así recuperar su cuerpo y su salud.
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff