El argentino, que el sábado tratará de arrebatarle los cinturones superligero CMB y AMB al estadounidense Danny García, se encuentra a 48 horas de la pelea cuyo resultado puede posicionarlo entre los mejores del mundo o replantearse el camino a seguir.
Es verdad que Lucas Matthysse (34-2-1, 32KO), campeón interino de la CMB en la categoría, consiguió espectaculares victorias en su carrera ante rivales de renombre, pero desde hace tiempo viene pugnando por esta oportunidad y no la puede dejar pasar.
Ni bien consiguió el espectacular nocaut ante el estadounidense Lamont
Peterson, en el tercer round de su pelea del pasado 18 de mayo, el cruce
con Danny García (26-0, 16 KO), en el combate unificatorio, se volvió
ineludible para el campeón.
García, quien venía de penar para superar en las tarjetas al ex campeón
Zab Judah para retener su cinturón, estaba presente en el Boardwalk Hall
en Atlantic City, Nueva Jersey, y sabía que el ganador de
Matthysse-Peterson era su próximo rival.
No había otra opción que la de que pelearan, ya que ambos ya habían
enfrentado a los mejores del Consejo Mundial y el cruce de caminos era
ineludible.
Sin embargo, García, apodado `Swift`, y su verborrágico padre trataron
de embarrar la cancha y buscaron vericuetos para dilatar la decisión,
que finalmente se concretó hace tres meses.
Matthysse-García fácilmente podría haber sido el combate central de una
velada, pero los organizadores del espectáculo -Showtime y Golden Boy
Promotions-, decidieron ponerla de semifondo de la del estadounidense
Floyd Mayweather y el mexicano Saúl Alvarez, para cerrar una de las
carteleras más importantes de los últimos años.
Inmediatamente, Matthysse, nacido en Trelew, Chubut, se instaló en su
bunker de Junín, donde tiene el gimnasio su promotor, Mario Arano, y
comenzó a trabajar duro y a conciencia para la pelea que puede marcar un
antes y un después en su carrera.
Junto a sus entrenadores Luis Barrera y Darío Fernández, el preparador
físico Gerardo Pereyra, el doctor Eduardo Leguizamón y el asistente
Rubén Arano, más otro nutrido grupo de colaboradores, que incluyó a 15
sparrings, comenzó con los triples turnos de entrenamiento.
El argentino, llamado `La Máquina` en Las Vegas, sabe que no puede dejar
nada librado al azar y que si quiere llevarse el anhelado cinturón a
casa la victoria debe ser contundente y si es por nocaut mejor.
Matthysse aprendió de las polémicas derrotas como visitante ante el
neoyorquino Zab Judah, en el 2010, y frente al estadounidense Devon
Alexander, en 2011, a los que venció en la consideración de los
especialistas pero no de los jueces que se las dieron por perdidas.
Por esa razón, el argentino repite ante cada consulta que se le realiza
que va a "ganar por nocaut", porque se preparó para eso y para que en
esta oportunidad no haya sorpresas desagradables para él y su grupo.
La chance encuentra a Lucas en el mejor y más pleno momento de su carrera.
Por eso, sabe que se encuentra en la cresta de la ola y si no quiere
bajarse no le queda otra que ganar o ganar, porque vender cara la
derrota no será un consuelo.
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