El gobierno norteamericano se comprometió a dar respuestas en el marco de una amplia revisión de sus actividades de inteligencia. El canciller brasilero no quedó conforme.
El canciller de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, que el mièrcoles se reunió con una asesora del presidente Barack Obama, resolvió prolongar su permanencia en Washington para obtener la información que los servicios de inteligencia sustrajeron a la mandataria Dilma Rousseff porque, según fuentes oficiales, las respuestas fueron "insuficientes".
Figueiredo, que en principio iba a permanecer sólo hasta ayer en la capital norteamericana, resolvió extender su misión, en la que procura que se le entreguen los datos que la agencia NSA obtuvo al interceptar comunicaciones de Rousseff y la petrolera Petrobras, según consignó la cadena Globo.
La consejera de seguridad nacional del presidente norteamericano, Susan
Rice, recibió ayer al canciller brasileño y prometió "resolver" la
controversia surgida por espionaje a Rousseff.
"Estados Unidos se compromete a trabajar con Brasil para resolver esas
preocupaciones mientras continúan trabajando conjuntamente en una agenda
compartida con iniciativas bilaterales, regionales y globales", afirmó
al comentar la reunión la vocera Caitlin Hayden en Washington, publicó
hoy Agencia Brasil.
Acotó que "Estados Unidos realiza una amplia revisión de sus actividades
de inteligencia", y dijo que las notas periodísticas sobre los datos
secretos obtenidos por el exagente Edward Snowden "han desvirtuado
nuestras actividades y otras han generado cuestiones ilegítimas a
nuestros amigos y aliados, crean tensiones en la muy estrecha relación
bilateral con Brasil".
"Estados Unidos y Brasil disfrutan de una fuerte y estratégica alianza
basada en nuestros intereses comunes y en nuestra condición de
democracias multiculturales y grandes economías", afirmó, según reseñó
la agencia de noticias Ansa.
No obstante, el diario Folha de Sao Paulo sostuvo hoy que para los diplomáticos brasileños que integran la comitiva del canciller Figueiredo la respuesta dada por la representante del presidente Barack Obama fue "insuficiente".
Esta es la primera misión de Figueiredo a Estados Unidos tras de asumir
el cargo en agosto en reemplazo de Antonio Patriota, que fue despedido
por Rousseff debido a una crisis con Bolivia y, según trascendió, por su
posición conciliadora con la Casa Blanca.
El nuevo ministro fue recibido ayer por Rice, quien reiteró el
compromiso de su gobierno de "resolver" la crisis que amenaza el viaje
de Rousseff a Washington previsto para octubre.
Sobre el tema, la presidenta brasileña reiteró ayer que aún no resolvió
si realizará su visita de Estado a la capital norteamericana prevista
para el 23 de octubre.
"Debo esperar la respuesta del gobierno norteamericano, cuando llegue
una respuesta voy a hablar con la prensa", dijo Rousseff, quien confirmó
que viajará a Nueva York dentro de dos semanas para hablar en la ONU,
donde se estima que va a criticar las actividades de los servicios de
inteligencia norteamericanos.
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