La Comisión de Investigaciones sobre Espionaje del Senado brasileño propuso ayer levantar el secreto de las empresas estadounidenses sospechadas de colaborar con la agencia de inteligencia NSA que habría violado las comunicaciones de la presidenta Dilma Rousseff y la petrolera Petrobras.
Fuentes del gobierno dejaron trascender que Dilma consentiría prolongar el plazo dado a Barack Obama para que le brinde informaciones sobre las filtraciones.
"Sabemos que hay empresas multinacionales con filiales en
Brasil que están colaborando (con la NSA), esto fue publicado en
la prensa, incluso sabemos que hay empresas dedicadas a la
seguridad en la información involucradas, y nosotros queremos
quebrar el secreto de ellas", declaró la senadora Vanessa
Grazziotin.
La legisladora pertenece al bloque oficialista y preside la
Comisión Parlamentaria de Investigación de Espionaje que comenzó
a sesionar este martes, la cual fue creada luego de la
controversia diplomática surgida por las revelaciones del ex
agente norteamericano Edward Snowden.
Graziotin dijo estar interesada en poder consultar a Snowden,
para que exponga sobre las informaciones que el obtuvo en la NSA
sobre las acciones de esa agencia en Brasil, pero aclaró que
ésto dependería de una autorización del gobierno de Rusia, donde
está asilado.
Si bien en el Congreso no descartan realizar un pedido al
gobierno ruso para que enviar un cuestionario a Snowden los
primeros pasos de la Comisión, respaldada por el Palacio del
Planalto, serán orientados a "descubrir hasta donde llegan los
tentáculos del espionaje", declaró la senadora Graziotin.
El lunes Dilma Rousseff renovó su pedido de explicaciones a
la Casa Blanca y destacó que la invasión de los archivos y
comunicaciones de Petrobras, revelados el domingo por la
televisión brasileña, confirman que el objetivo de la NSA es
hacerse de informaciones de importancia "económica y
estratégica".
Además Rousseff desmintió, en el comunicado oficial divulgado
por el Planalto, el alegado interés norteamericano en extender
su red de inteligencia cibernética a nivel global para combatir
eventuales amenazas terroristas.
En un debate realizado ayer en la Cámara Alta, algunos
senadores propusieron suspender la subasta del gigantesco pozo
petrolero Libra por entender que las compañías norte-americanas
contarían con informaciones robadas a Petrobras, y otros
llegaron a proponer que el gobierno prohíba la participación de
petroleras estadounidenses.
Ante esas demandas de algunos congresistas Rousseff confirmó
hoy el llamado a concurso para explotar esa área petrolera
ubicada en una zona conocida como "pre sal" por encontrarse en
aguas ultraprofundas.
"Vamos a subastar en octubre un inmenso campo de petróleo en
el área de pre sal ,el Campo de Libra, y así vamos a estimular
toda la cadena productiva del petróleo y generar millares y
millares de puestos de trabajo", aseguró la presidenta en una
nota publicada hoy por la oficina de prensa del Planalto.
Libra cuenta con reservas del orden de los 15.000 millones de
barriles y fue descubierto junto con otros grandes reservorios a
partir de 2007, hallazgos que motivaron una reforma de la
legislación petrolera, diseñada por la entonces ministra Dilma
Rousseff.
La confirmación de la mayor llamada a concurso internacional
petrolero realizado en Brasil es, además de una medida de
carácter económico, una decisión con implicancias diplomáticas,
porque de haberse suspendido esto agregaría otro frente de
tensión con Washington.
Los diarios Estado, Folha y Correio Braziliense, publicaron
hoy comentarios de asesores del gobierno sobre el encuentro
entre Rousseff y Obama la semana pasada en San Petersburgo,
donde ambos participaron en la cumbre del Grupo de los 20.
En esa conversación de 40 minutos Dilma demandó respuestas
"concretas" sobre el caso de espionaje y Obama habría admitido
que desconocía la magnitud de las actividades de los servicios
de inteligencia en Brasil, y comentó que el accionar de sus
agentes le trajo más "costos que beneficios", revelaron asesores
de Palacio del Planalto.
Según esas mismas fuentes Rousseff aún no resolvió si viajará
o no a Washington para una visita de Estado programada para el
23 de octubre, dos días después de la subasta del megapozo
Libra.
Los informantes del gobierno señalaron que Rousseff , quien en principio había solicitado una respuesta de Obama para el próximo miércoles, podría flexibilizar el plazo y aguardar hasta finales de setiembre, cuando se realizará la Asamblea General de la ONU, tradicionalmente abierta con un discurso del presidente de Brasil.
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