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10/09/2013 - A 38 años

Estudiantes a punto de recuperar un histórico espacio universitario

El rector Juan Cerisola anunció que, con fondos de la Nación, se abrirán dos comedores universitarios. Una reivindicación que tiene más de tres décadas de historia.

Las palabras del rector de la Universidad Nacional de Tucumán, Juan Alberto Cerisola, quien confirmó que el Gobierno Nacional comprometió su ayuda para instalar dos comedores en la UNT –uno en el Centro Prebisch y otro en el Centro Herrera- en 2014, ponen fin a una de las tantas atrocidades cometidas por el terrorismo de Estado en su avasallamiento a las universidades públicas: el cierre por decreto de los históricos comedores universitarios. Esto se debe a una lucha de los estudiantes universitarios.

Hace 38 años, el 12 de abril de 1976, el delegado a cargo del gobierno de la UNT, Cnel. Eugenio Barroso decidió “suspender el funcionamiento del comedor universitario”, fundamentado en la necesidad de “racionalizar los gastos del presupuesto general de la Universidad”.

Pero la historia de los comedores de la UNT se remite hacia mediados de la década del ’50 cuando el entonces rector Pedro Heredia recibe de la Federación Gremial Universitaria de Tucumán, la sesión de la administración del comedor y residencia estudiantil de calle Laprida 135/137.

Luego del golpe de Estado de 1955, en diciembre de ese año y bajo la intervención de Rafael García Zavalía, se establece un reglamento provisorio para el funcionamiento de la residencia y comedor del domicilio antes mencionado.

Finalmente, en febrero de 1959 se aprueba y pone en vigencia el estatuto que establecía que el comedor no estaba exclusivamente destinado al estudiantado y establecía categorías de comensales con sus respectivos aranceles: estudiantes, docentes y egresados, invitados, delegaciones y banquetes y recepciones.

Otra de las cuestiones que estaban explicitadas en el reglamento fijaba que el costo del plato estudiantil representaba el 25% del resto de las categorías. Asimismo, el Comedor tenía un consejo de administración integrado por un asesor y un secretario (miembros del entonces departamento de extensión universitaria), un encargado administrativo y otro de relaciones (elegido por los centros y agrupaciones estudiantiles) cuyo mandato duraba un año.

En 1964, por medio de una comisión especial, se aprueba un proyecto sobre nuevos criterios de admisión de comensales y se autoriza el acondicionamiento del inmueble de calle Muñecas 248, lugar donde funcionará a fin de atender a las necesidades de 500 comensales.

En 1971 se suscribe un convenio con el Consejo Nacional de Educación Técnica, cuya institución cede el local de Ayacucho 849, donde se instala un nuevo local.

La consolidación de la UNT como referente en la formación de educación superior y científica en todo el NOA, implicó el aumento en la población estudiantil. En 1974, se aprobaron las obras para emplazar en el Centro Herrera -ex Quinta Agronómica-un nuevo edificio que albergue el Comedor. El proyecto quedó trunco con la irrupción del golpe de Estado de 1976 y su consecuencia en la UNT.

La historia de los comedores universitarios está íntimamente ligada a la expansión académica y territorial de la UNT. Hoy cuenta con 13 facultades, que ofrecen más de 100 carreras de grado, es referente en el Norte Grande en la en la formación de posgrado con 135 titulaciones (doctorados, maestrías y especializaciones) y cuenta con cinco escuelas medias y dos universitarias. En total, el universo de su alumnado trepa a los 65 mil estudiantes, con más de 5 mil cargos docentes, y unas 3.500 personas afectadas al trabajo de apoyo en la UNT.

En el marco del Centenario de la Casa de Juan B. Terán, y de los programas de financiamiento de infraestructura destinada a universidades públicas que lleva adelante la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación, el rectorado de Juan Alberto Cerisola aspira a cumplir con una reivindicación histórica de la comunidad universitaria: el retorno de los comedores universitarios.


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