Ante las frenéticas negociaciones de Estados Unidos en su país y en el mundo para lanzar un ataque contra Siria, el presidente de ese país, Bashar Al Assad, habló con un medio norteamericano para desmentir que haya sido él quien dio la orden de lanzar gas sarín en Damasco.
El mandatario sirio eligió hablar con PBS, la televisión pública estadounidense y, aunque la entrevista se emitirá recièn este lunes, el periodista que la realizó, Charlie Rose, adelantó algunas de las ideas centrales, informó la agencia de noticias ANSA.
"Al Assad negó que tuviera algo que ver con ese ataque", explicó a la
cadena norteamericana CBS el conocido entrevistador de PBS, minutos
después de dialogar con el mandatario sirio en Damasco.
El presidente sirio "quería darle un mensaje al pueblo estadounidense de
que no resultó en una buena experiencia que se involucren en guerras y
conflictos" en Medio Oriente, agregó Rose.
Las declaraciones de Al Assad se conocen en la víspera de una nueva
semana de debates y audiencias dentro del Congreso estadounidense, en la
que el pleno del Senado podría dar media sanción a una moción para
autorizar un ataque contra Damasco.
La entrevista completa se conocerá recién mañana lunes en Estados
Unidos, pero el periodista de PBS adelantó que Al Assad fue claro al
afirmar: "No fui yo".
El 21 de agosto pasado la oposición armada siria denunció que el
gobierno de Al Assad había lanzado un ataque químico contra un barrio de
las afueras de Damasco, en el que murieron más de 1.500 civiles. A
partir de esa denuncia, Estados Unidos, Francia y Reino Unido piden
responder a esa masacre con un ataque militar.
Según adelantó Rose, Al Assad sostuvo que "no hay evidencia de que usé
armas químicas contra mi propio pueblo" y desafió al gobierno de Barack
Obama a que "si de hecho tiene evidencia, debería mostrarla y defender
su posición postura".
A esta confusa y tensa situación, se sumó ayer una nueva denuncia de la
Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal alianza opositora en el
exilio, según la cual el gobierno de Al Assad habría lanzado un ataque
con un "gas extraño" contra zonas residenciales del barrio capitalino de
Al Qabun.
La activista Iman al Huda, que reside en la periferia de Damasco, acusó
al ejército de lanzar "bombas de cloro", en las que mezcló otros
componentes, informó la agencia de noticias EFE.
Al Huda explicó que estas bombas no tienen material químico y no suponen un peligro, aunque causan parálisis e irritan los ojos.
Al mismo tiempo que Al Assad pedía evidencias en la entrevista con PBS,
el Comité de Inteligencia del Senado estadounidense, controlado por el
oficialismo, difundió 13 videos en los que se ve a un grupo de niños
sufriendo convulsiones tras el ataque con gas sarín de fines de agosto
pasado, informó EFE.
Pese a que los investigadores de la ONU aún no determinaron quién lanzó
ese devastador ataque, el gobierno sirio o las milicias opositoras, la
Casa Blanca sostiene que tiene evidencias que fue ordenado por el propio
presidente Al Assad y, por lo tanto, reclama un ataque militar contra
el Estado sirio.
De acuerdo al Senado estadounidense, la autenticidad de los videos
difundidos hoy fue confirmada por los servicios de inteligencia
norteamericanos.
"Las imágenes servirán para sensibilizar al pueblo estadounidense de que
esto no es simplemente un intervención, que es un ataque militar para
detener este tipo de atrocidades", explicó el ex embajador
norteamericano ante la ONU, Bill Richardson, en diálogo con la cadena de
noticias estadounidense CNN.
La campaña que encabeza la Casa Blanca para convencer a su Congreso
tiene dos planos: el nacional, que se dirime en el Capitolio y entre la
opinión pública norteamericana, y el internacional, a través de la
búsqueda de apoyos bilaterales, ya que Rusia y China se niegan a aprobar
un ataque dentro de la ONU.
Por eso, el secretario de Estado norteamericano John Kerry se reunió hoy
en París con sus pares de la Liga Árabe, quienes tampoco quisieron
adelantar un apoyo público, con la única excepción de la monarquía
conservadora de Arabia Saudita.
La diplomacia estadounidense ya había sufrido dos golpes importantes en
los últimos días cuando no consiguió sumar el apoyo de todos los
miembros del G20 en San Petersburgo ni de la mayoría de los cancilleres
de la Unión Europea en Lituania.
Sin embargo, Kerry se esforzó hoy por mostrarse optimista y adelantó que
"algunos países (de la Liga Árabe) firmaron de inmediato el acuerdo del
G20".
El llamado acuerdo del G20 fue en realidad sólo firmado por diez de los
20 miembros: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Australia, Canadá,
Corea del Sur, Japón, Italia, Turquía y Arabia Saudita. Argentina fue
uno de los países que se negó a adherir a la posición de Washington.
España, invitada permanente de esta cumbre de las potencias y los países
emergentes, también firmó el texto que reclama una "fuerte respuesta
internacional" contra el gobierno sirio, a quien responsabiliza por el
uso de armas químicas contra su población civil.
La canciller alemana Angela Merkel, una férrea detractora de cualquier
intervención armada en Siria, criticó a los cuatro países de la Unión
Europea -España, Francia, Italia y el Reino Unido- que firmaron ese
acuerdo, sin antes consultar con sus socios europeos, informó hoy el
diario español El País.
Sin embargo, de los cuatro firmantes europeos, Francia es el único país
que tiene vía libre y está dispuesto a participar de un ataque liderado
por Washington y sin la autorización de la ONU.
El canciller francés Laurent Fabius adelantó hoy que el presidente
Francois Hollande recién tomará su decisión en "unos diez días", aunque
aclaró que si Obama "decidiera no intervenir en Siria, Francia no
intervendría sola", informó EFE.
Además de los líderes que se niegan a sumarse a los planes bélicos de
Washington, existen otros que se han convertido en fervientes opositores
a una intervención militar en Siria.
Uno de ellos es el papa Francisco, quien hoy durante el tradicional rezo
del Ángelus dominical, volvió a pedir por el "cese de la violencia y
devastación" en Siria.
Pero el pontífice fue aún más lejos y cuestionó los motivos de los Estados y los actores que impulsan la guerra en Siria.
"Siempre queda la duda de si esta guerra de aquí o de allí es de verdad
una guerra o una guerra comercial para vender armas o para incrementar
su comercio ilegal", sentenció el argentino, citado por ANSA.
"Elegir el bien -continuó Francisco- implica decir no al odio fratricida
y a las mentiras de las cuales se sirve, a la violencia en todas sus
formas, a la proliferación de las armas y su comercio ilegal".
Otro que quiere evitar una nueva guerra en Medio Oriente es Irán.
"Los estadounidenses no son conscientes de que quizá el inicio de esta
crisis sea fácil, pero el final podría ser muy infernal", advirtió Ali
Lariyani, presidente del Parlamento y miembro de una de las familias más
influyentes del establishment político iraní.
Según la agencia de noticias iraní Isna, Lariyani pronosticó que un
ataque estadounidense "producirá un incendio de rápida propagación en la
región", la cual ya está sobrepasada por los más de dos millones de
refugiados sirios y los miles que siguen cruzando las fronteras hacia
Irak, Líbano, Jordania y Turquía.
Además, y a pesar de no contar con muchos Estados amigos, Irán goza del
apoyo de grupos políticos armados como el movimiento chiíta libanés
Hezbollah, la fuerza islamista palestina de Hamas en la Franja de Gaza y
parte de las milicias insurgentes chiítas en Irak.
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