La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó ayer, al poner en funciones al nuevo canciller Luiz Alberto Figueireido, que su gobierno no acostumbra interferir en los asuntos internos de otros países, en referencia a la crisis diplomática con Bolivia por la fuga de un opositor al mandatario Evo Morales.
"No interferimos en la vida de otros países, no colocamos la vida de quien quiera que sea en riesgo, adoptamos rigurosamente el concepto de la no intervención y sólo respaldamos acciones excepcionales si pasamos por el debido escrutinio de la ONU", subrayó Rousseff.
La mandataria también mencionó el lugar central que
Sudamérica ocupa en la diplomacia brasileña y destacó la
importancia del Mercosur y de la Unasur.
Este viernes está prevista una cumbre de la Unasur en Surinam
donde, según trascendió, Rousseff se reunirá posiblemente con su
colega Morales para zanjar el roce causado por el escape del
senador Roger Pinto.
En Sudamérica, dijo Rousseff, "somos 12 países hermanos,
iguales en derechos, merecedores del mismo respeto,
democráticos, en un continente como el nuestro, que estuvo
marcado por dictaduras y que hoy vive un estadío de
modernización política".
La presidenta subrayó luego la observancia de relaciones
constructivas con los vecinos, en lo que pareció una referencia
dirigida especialmente a Bolivia.
"El fundamento de nuestra política externa es la relación
armoniosa y respetuosa con nuestros hermanos latinoamericanos, a
ellos siempre debemos dar lo mejor de nosotros, la mayor de
nuestras prioridades es la integración regional".
Lo afirmó durante la ceremonia realizada ayer en el Palacio
del Planalto junto al canciller Figueireido y su predecesor,
Antonio Patriota, que presentó su renuncia tras la fuga del
senador boliviano con la ayuda diplomática.
El jefe de negocios brasileño en Bolivia, Eduardo Saboia,
ocultó a Roger Pinto en un vehículo oficial con el que viajó 22
horas hasta llegar a una ciudad del interior brasileño, y
atravesó zonas consideradas poco seguras, las cuales, según
fuentes del gobierno, pusieron en riesgo la vida del fugitivo.
Hace dos días, el gobierno boliviano había expresado su
"preocupación" ante el hecho y ayer anunció que procuraría que
Pinto regrese a su país donde está procesado por varios delitos
comunes.
El nuevo ministro de Exteriores Figueireido, que hasta el lunes era embajador en Naciones Unidas, centró su discurso en dar continuidad a los ejes de la política externa implementados por su "amigo" Patriota y trazados por Rousseff desde su llegada el gobierno en 2011.
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