Los Jaivas, la banda más querida por los chilenos, celebraron ayer 50 años de vida musical convertidos en "patrimonio cultural" que ha traspasado fronteras y generaciones.
"Todos juntos", "Ven a nacer conmigo hermano" se han convertido en himnos de hermandad americana y su sonido, como señaló uno de sus integrantes, Mario Mutis, representa "cada parte de Chile".
Cientos de colegiales, padres de familia, músicos y artistas
recorren la exposición fotográfica que se ha montado este mes en
el Museo de Bellas Artes con "Los 50 años de Los Jaivas", en el
marco de las cinco décadas de rock y política de Chile.
En el frontis del lugar, miles de personas rinden tributo hoy
a Los Jaivas en el concierto gratuito que ofrece la banda.
"Los Jaivas pertenecen a nuestra historia", "son parte de
nuestra historia cultural", señalan profesores a ANSA durante
una visita estudiantil al Bellas Artes.
Las gigantografías del grupo, las carátulas de sus álbumes,
sus dibujos y pinturas, sus instrumentos son admirados por los
asistentes y para los estudiantes "la exposición es bakán"
(buenísima).
En 1963, cinco jóvenes del balneario de Viña del Mar, los
hermanos Eduardo, Claudio, y Gabriel Parra, Eduardo 'Gato'
Alquinta y Mario Mutis constituían The High Bass, grupo que
animaría las grandes fiestas de la época en el puerto con
interpretaciones de todo tipo de música.
Pero en 1970 y en medio de cambios sociales que se
profundizaban en Chile, Los Jaivas se cuestionaron su quehacer y
decidieron cambiarse el nombre tan "gringo".
Un amigo les propuso castellanizar su sonido –jai bas- y así
nacerían Los Jaivas con una nueva propuesta musical: quieren ir
a buscar razones al espíritu de la América precolombina.
En 1972, grabaron su segundo disco "Todos Juntos", que los
llevó al primer plano de la popularidad en el país, y su estilo
'hippie', con melenas largas, trajes blancos y bolsos
artesanales, se instaló en el colectivo juvenil.
El disco fue editado en varios países de la región y el tema
principal fue grabado por innumerables grupos de Argentina,
Perú, Bolivia, por lo que se convirtió en un himno del
continente.
En el verano de 1973 fueron invitados a crear y grabar la
música para la película "Palomita Blanca", del director Raúl
Ruiz, estrenada 20 años después de su filmación.
El grupo se planteó recorrer Latinoamérica para recoger la
música y la identidad de cada pueblo.
Argentina fue el primer destino y lugar donde los sorprendió
el golpe de estado de 1973, por lo que se vieron en la
obligación de quedarse.
Ahí realizaron conciertos pero el golpe militar de 1976 en
Argentina los obligará a irse.
Viajaron a Europa y se radicaron en París para empezar de
cero.
Actuaron en Francia, luego en Holanda, Bélgica, Alemania,
España e Italia.
En 1979, se fueron de gira a Inglaterra y la prensa
especializada londinense catalogó a Gabriel Parra como uno de
los tres mejores bateristas del mundo.
En 1980 presentaron su nuevo trabajo "Obras de Violeta
Parra", grabado y mixado en Francia.
En 1981, se compuso y se grabó "Alturas de Machu Pichu"
basada en el Canto General de Pablo Neruda, una de las obras más
importantes del grupo.
En tanto, Canal 7 de Lima y Canal 13 de Santiago acordaron
realizar una coproducción para grabar en las ruinas incaicas un
especial de televisión con Los Jaivas y "Alturas de Macchu
Picchu", con la participación del escritor peruano Mario Vargas
Llosa.
Luego de varios años en Europa, el grupo realizó una
monumental gira por varios países latinoamericanos.
En 1984, representaron a Chile en Buenos Aires en el
Encuentro de Fraternidad Chileno-Argentino ante más de 80.000
personas, por el Tratado de Paz y Amistad que puso fin a las
tensiones limítrofes por el tema del Beagle.
En 1988, volvieron a Latinoamérica en una nueva gira.
Actuaron en Chile, donde sería la última presentación de
Gabriel Parra, su baterista, quien murió en un accidente
carretero en Lima.
Juanita Parra, hija de Gabriel se unió al grupo y pese a sus
escasos 19 años mostró condiciones excepcionales para la
batería.
En 1999, crearon el tema "Por los niños del mundo", que se
editó junto a un libro con las pinturas de Bororo y que es la
Declaración Internacional de los Derechos del Niño de UNICEF.
En 2003, Eduardo Alquinta, su vocalista, múltiple
instrumentista y compañero de 40 años de aventura, cayó al mar
desde una roca.
Pese al impacto, el grupo decidió continuar incorporando a
dos de sus hijos, Ankatu y Eloy Alquinta, en guitarra y saxo
respectivamente.
Trabajaron durante todo 2003 y recibieron el Premio Nacional
de Música, Presidente de la República y la medalla Pablo Neruda.
Increíblemente, al año de la muerte de su padre, muere su
hijo. Eloy Alquinta, quien sufrió un ataque al corazón a los 33
años, al regreso de un viaje a Argentina.
Nuevamente el grupo se ve enfrentado a la tragedia.
Decidieron crear la Fundación Cultural Los Jaivas que velará por la continuidad de la obra del grupo y trabajará en el desarrollo de la cultura en todas las áreas del arte.
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