El empresario Horacio Cartes, de 57 años, asumirá mañana como el 49no. presidente de Paraguay, un país con panorama macroeconómico auspicioso aunque con problemas sociales profundos y un escenario exterior complicado.
Como una demostración de la torpeza de Federico Franco al no invitar a Venezuela a la asunción de Cartes, el canciller ecuatoriano anunció que en solidaridad con Maduro, el presidente Rafael Correa tampoco estará en la capital paraguaya hoy.
Cartes, del Partido Colorado, ganó ampliamente las elecciones
del 21 de abril con el 45,8% de los votos ante su principal
adversario, el liberal Efraín Alegre (36,9%).
Recuperó así para el coloradismo el poder que había perdido
en 2008 a manos del ex obispo de San Pedro Fernando Lugo,
destituido por el Congreso a mitad de su mandato presidencial.
Sin duda, la expectativa local se centra en la política
exterior, que pondrá en marcha el nuevo presidente, en un
escenario delicado para Paraguay luego de su suspensión de
organismos regionales como Mercosur y Unasur, pero en particular
en el primero, en el que Asunción tiene uno de los principales
mercados para sus productos.
Paraguay consideró ilegal tanto su suspensión del bloque como
la incorporación de Venezuela como socio pleno y si bien ya se
levantó la suspensión, la mirada está puesta en la política que
imprimirá Cartes a esa cuestión una vez que asuma el cargo.
Antes de su asunción, Cartes se adhirió a la posición del
actual presidente, Federico Franco, de considerar ilegal tanto
la expulsión del Paraguay como la incorporación de Venezuela al
Mercosur.
A juzgar por la posición del canciller designado, Eladio
Loizaga, esa actitud va a continuar, pues afirmó que por el
momento el nuevo gobierno se dedicará prioritariamente a
recomponer relaciones con los países vecinos y, a partir de
allí, avanzar hacia las relaciones con el bloque.
Esa actitud es compartida por muchos analistas, como el ex
vicecanciller Carlos Mateo Balmelli, quien dijo a ANSA "que
ningún gobierno puede vivir aislado, pero no debe incorporarse a
un bloque enajenando intereses, principios y dignidad".
Explicó que tradicionalmente la política paraguaya ha seguido
la tendencia regional, pero que ahora se está notando que quiere
tener autonomía propia en el seno de las naciones.
Balmelli dijo además que existe un "mercoescepticismo" en el
país y que, a su criterio, llegó el momento en que Paraguay
decida si le conviene permanecer en un bloque "amurallado" como
el Mercosur, o buscar otros más "abiertos".
En el aspecto económico, el reconocido economista Ricardo
Rodríguez Silvero sostuvo que Cartes encontrará una economía
"estable", con una expectativa de crecimiento de 12 a 14%, con
un tipo de cambio estable de la moneda y con una inflación por
debajo de la meta del 6% fijada por el gobierno, entre otros
factores.
No obstante, apuntó como "variable preocupante" lo que está
ocurriendo con el presupuesto público, donde, según dijo, desde
hace varios años se vienen aumentando los gastos sin que estos
tengan su respaldo en las recaudaciones fiscales, entre otros
factores negativos.
En otro orden, Cartes heredará un país de 6,5 millones de
habitantes, en el que, según datos oficiales, 2,1 millones
(32,4%) se encuentra en un nivel de pobreza.
Los problemas sociales continúan casi intactos, como la falta
de tierras para los campesinos y otras demandas sociales de
diverso tipo.
Precisamente, los campesinos y los maestros ya anunciaron
movilizaciones de protesta, las primeras que sufrirá el nuevo
gobierno.
No se descarta que pronto Cartes enfrente también problemas
dentro de su propio partido, acostumbrado al clientelismo y la
corrupción en el medio siglo que duró en el poder hasta la
derrota frente a Fernando Lugo.
El diario ABC Color, el principal del país, advirtió ayer en
un editorial que el "primer y principal obstáculo, posiblemente
el mayor, (Cartes) lo encontrará en su propia agrupación
política, el Partido Colorado".
Y agregó que "no pocos de sus dirigentes, caudillos y
operadores están mamando de las ubres del erario desde hace
décadas".
Precisamente hoy, algunos dirigentes ya expresaron su
disgusto porque Cartes ha privilegiado exclusivamente a técnicos
en su gabinete de ministros y en otros altos cargos, en desmedro
de los políticos, quienes en gobiernos anteriores llevaban la
voz cantante.
La asunción presidencial se realizará en presencia de varios presidentes latinoamericanos, con la ausencia de Nicolás Maduro y Rafael Corre y un centenar de delegaciones extranjeras.
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