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AMPLIARTomarán más medidas de seguridad en Brasilia

Gobierno brasileño toma medidas para neutralizar reclamos

El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff teme que haya una nueva ola de protestas masivas el próximo 7 de septiembre, Día de la Independencia, y comenzó a adoptar medidas para impedir desbordes en el desfile principal en Brasilia, informó la prensa local.

Ante una eventual movilización multitudinaria, las autoridades evalúan abreviar el desfile de las tropas militares y asociaciones civiles en la tradicional ceremonia realizada esa fecha en la Explanada de los Ministerios, principal avenida de Brasilia, publicó el diario O Globo.

Decenas de miles de inconformes se lanzaron a la Explanada de los Ministerios en junio, cuando ocuparon simbólicamente el Palacio del Congreso, desbordando los controles policiales y días más tarde destruyeron el frente vidriado de la Cancillería, situada a pocos metros del Parlamento.

La presidenta Rousseff, que perdió más de 20 puntos de popularidad por las manifestaciones, reiteró esta semana, al hablar ante estudiantes universitarios, que comprende las demandas planteadas en las calles.

Incluso recomendó a la presidenta del centro de estudiantes de una universidad del interior de Minas Gerais que siga adelante con las demandas y recordó que cuando ella era joven eso estaba prohibido por la dictadura militar.

En tanto, las autoridades detectaron que -al igual que ocurrió en junio- agrupaciones de indignados comenzaron a convocar a través de las redes sociales nuevas manifestaciones para el 7 de septiembre y algunos grupos instan a las acciones violentas.

Ante el riesgo de que haya disturbios fueron reforzados los controles en torno al Palacio del Planalto, donde se instalaron más vallas y hay un refuerzo de la custodia, así como en la Plaza de los Tres Poderes, que separa a la presidencia del Supremo Tribunal Federal, en Brasilia.