Tucumán posee 290 mil hectáreas de caña sembrada, lo cual genera una importante masa vegetal que después de un período de sequía y luego de las heladas sufridas hace unos días, se convierte en combustible sólido.
Esta situación de alta combustión, hace que cualquier descuido o accidente, provoque incendios de manera involuntaria, los que no necesariamente se inician en las plantaciones, sino también en las "orillas de las rutas y vías”, trasladándose a las fincas por acción de viento.
El 70% de la cosecha se realiza de manera mecanizada, lo que hace necesario que la caña esté verde. El rendimiento de la caña, cuando está quemada, baja, motivo por el cual al productor, no le conviene realizar este tipo de acciones, ya que le representa una significativa pérdida de dinero.
Es importante destacar que los incendios se produjeron también en fincas cítricas y de otros cultivos, como así también en pastizales, y no únicamente en los campos cañeros.
Por lo expuesto, la Rama Producción de la FET, rechaza la imputación genérica a productores cañeros por la quema de cañaverales.
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