“En los últimos años se le dio un impulso importante al área de transferencia tecnológica, gracias al trabajo del gobierno nacional”, expresó el secretario de Innovación y Desarrollo Tecnológico, Javier Noguera, en una entrevista que le realizaron investigadores del CONICET.
“Nuestra secretaría tiene básicamente dos objetivos. Una, la divulgación científica, a través de diferentes estrategias locales y científicas con la idea de dar a conocer los nuevos desarrollos tecnológicos e investigaciones. Para ello organizamos jornadas como café científico, teatro, cine, cocina”, indicó el funcionario ante investigadores del CONICET.
“También nos enfocamos en los niños, para ello trabajamos con el Ministerio de Educación. En este sentido tenemos desde hace ocho años la Semana de la Ciencia, donde logramos que se introduzca en el saber de la educación el conocimiento producido por los centros del CONICET en la provincia, más la Estación Experimental Obispo Colombres, INTA e INTI. La idea es que las escuelas conozcan laboratorios. El año pasado movilizamos unos 20 mil chicos. A esto se suman los clubes de ciencia”, expresó.
La otra función de la SIDETEC “es la transferencia tecnológica, somos en Tucumán la ventanilla del ministerio de Ciencia y Técnica”, dijo.
Transferencia tecnológica
En la charla, realizada en su despacho, Noguera manifestó que “en los últimos años se le dio un impulso importante al área de transferencia tecnológica, gracias al trabajo del gobierno nacional. Hasta fines del 2012 a los científicos se los calificaba de acuerdo a los paper que publicaban, ahora se lo hace por su capacidad de transferencia. Esa reconvención es palpable en Tucumán donde venimos haciendo experiencias concretas, como es el yogurito realizado por el CERELA, perteneciente al CONICET, de este modo las copas de leches que se repartían en algunas escuelas fueron reemplazadas por el yogurito, es decir ciencia con un fuerte contenido social. Otra experiencia importante la hizo el Proimi, se trata de un biodigestor de 1000 metros cúbicos para citrícolas, tecnología que todavía se importa. Por primera vez, Tucumán, que desde hace más de 20 años dispone de esta tecnología, logró instalarla”.
Y agregó: “lo que se está buscando con este cambio de acreditar a los investigadores tiene que ver con la divulgación, que el conocimiento sea transferido a la industria. Esto se produce cuando se conecta el punto de vista de la empresa con el de los investigadores. Algo que se está debatiendo en todo el mundo”.
Por último se refirió al trabajo de los centros de investigación del CONICET en la provincia que “están abocados a tecnología relacionada a la matriz productiva agro industrial. El mascaron de proa es la EEAOC que combina investigación con transferencia porque quienes ejercen la dirección son empresarios”.
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