Cuba celebrará mañana el 60 aniversario del intento de toma del cuartel de Moncada que, aún fracasada, es considerada el primer paso de la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista y semilla del posterior triunfo de "los barbados" que llegaron al poder con Fidel Castro a la cabeza.
Los actos serán encabezados por el presidente Raúl Castro y estarán también sus pares de Uruguay, José Mujica, y Venezuela, Nicolás Maduro, y se desconoce si Fidel será de la partida, ya que, a los 86 años, rara vez se lo ve en actos públicos.
La celebración, que va rotando de ciudad en ciudad, será este año simbólicamente en la misma Santiago, castigada el año pasado por el paso del huracán "Sandy", y remozada con más de 150 obras.
Fidel Castro lideró hace 60 años el asalto al cuartel Moncada, en simultáneo con un ataque a la guarnición Carlos Céspedes, en Bayanmo, operaciones con las que un grupo de jóvenes rebeldes quería poner en marcha una revuelta contra el régimen de Batista.
La acción comandada por Castro, por entonces un joven abogado de 26 años, fracasó, y Castro fue condenado a 15 años de cárcel, aunque salió en libertad gracias a una amnistía dos años después. El asalto al Moncada es celebrado en Cuba tradicionalmente como "Día de la Rebeldía Nacional".
El 26 de julio de 1953, Santiago se despertó con el tableteo de las ametralladoras y un intenso tiroteo que obligó a salir de sus casas a gran parte de sus habitantes, que se cruzaban con los que recién volvían después de una noche de carnaval.
Se trataba del intento de un grupo del Partido Ortodoxo que reivindicaba la memoria de José Martí -en el año de su centenario-, con Fidel a la cabeza y Abel Santamaría como segundo. Hubo cerca de 4 horas de combate y después solo se escucharon ráfagas aisladas.
Se supo luego que esos últimos disparos eran virtuales fusilamientos a rebeldes capturados. A otros se los torturó hasta la muerte.
La idea inicial era ocupar los dos cuarteles (Moncada en Santiago y Bayamo) y desde allí llamar a la población de todo Oriente a la lucha, mediante proclamas radiales. Pero el hecho casual de una guardia de recorrida que dio con los combatientes vestidos con el mismo uniforme que el Ejército, caqui amarillo, fue el comienzo del fracaso.
Antes de iniciar el ataque, los 135 combatientes se habían dividido en tres grupos (uno ocuparía el cuartel, otro el Hospital Militar y el tercero el Palacio de Justicia) y leyeron el Manifiesto del Moncada.
Buena parte del operativo se había organizado en una granja de Siboney, que jóvenes procedentes de La Habana habían alquilado para la instalación de un supuesto negocio de pollos.
Rojas, autora de "El juicio del Moncada", editado alguna vez en Argentina y reaparecido ahora en la isla por el aniversario, llamó la atención sobre el hecho que el asalto haya sido "bajo la invocación de Martí, que planteó siempre que América Latina era una, desde río Grande a la Patagonia".
En un cruce de correos con Télam desde La Habana, Rojas resaltó que "el pueblo, generación tras generación, de forma directa o por lecturas y tradición oral, conoce todo lo referente al Moncada, y guarda con dolor la idea de que fueron asesinados cerca de 80 jóvenes luego de torturas".
El fracaso de la toma derivó en persecuciones, la desaparición casi de hecho de los partidos, una fuerte censura -mayor a la que de por sí ya existía- y la detención de miles de opositores, hubieran o no estado vinculados a los hechos.
La cifra de supuestos caídos en combate fue subiendo cada día, porque a muchos de los rebeldes detenidos en días posteriores se los presentó como "muertos en combate". En el momento de ser capturado, Fidel mintió su nombre como forma de preservarse de un seguro asesinato y eso le permitió llegar a juicio.
Ese proceso fue, a la historia posterior, casi tan importante como emblema como el asalto mismo al Moncada: el joven abogado ejerció su propia defensa y denunció las torturas y los crímenes de la dictadura y su escrito, titulado "La historia me absolverá", trascendió a generaciones enteras.
El documento reivindicaba el derecho del pueblo a la rebelión y citaba las palabras del general que encomendó a los militares asesinar a 10 guerrilleros por cada muerto de los propios.
Castro fue igualmente condenado y dos años después beneficiado con una amnistía: salió de prisión en mayo de 1955 e inició un exilio en México, donde organizó el Movimiento 26 de Julio, nombre que homenajea justamente la gesta del Moncada.
En diciembre de 1956, al frente de 81 hombres armados, entre ellos Ernesto Guevara, Castro volvió a la isla para iniciar la lucha que derrocó a Batista el 1 de enero de 1959.
"Fue sin duda el acontecimiento más grande de la historia en Cuba, luego de las guerras de independencia, aunque aquellas duraron 30 años y éste apenas unas horas. El Programa del Moncada fue definitorio, y hoy, a 60 años, tiene muchísima vigencia", destacó la historiadora cubana Marta Rojas.
Después del triunfo de la Revolución, el cuartel Moncada se convirtió en la "Ciudad Escolar 26 de julio", con una parte dedicada a un museo sobre los hechos de 1953.
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