Brasil comunicó ayer que la noticia sobre la existencia de una base de la CIA y la NSA en Brasilia, articulada dentro de la red global de espionaje denunciada por el ex agente Edward Snowden, agrega otro elemento que debe ser esclarecido por Estados Unidos, indicado como responsable de interceptar millones de comunicaciones del país sudamericano.
El gobierno procuró, hasta el momento, emplear términos claros de desagrado por el espionaje, pero sin llegar a ser agraviantes o emplazar a Washington para que brinde explicaciones.
"Ahora tenemos otro problema (ayerse publicó) que en Brasil
había una base de transmisión de datos vía satélite de la CIA y
la Agencia de Seguridad Nacional, esa agencia es de seguridad
interna de Estados Unidos, ahora el problema es más complejo"
declaró el ministro de Comunicaciones Paulo Bernardo.
"Yo no tengo ninguna duda (de que Estados Unidos) monitoreó
(en Brasil), y monitorearon hasta al Parlamento Europeo, usted
cree que no íbamos a ser monitoreados nosotros?. Ahora bien,
tenemos que verificar en que circunstancias ocurrió eso, la
forma exacta (como ocurrió), la fecha", señaló el ministro.
La presidenta Dilma Rousseff convocó el domingo a Paulo Bernardo y
otros funcionarios, para analizar la respuesta del gobierno ante
las revelaciones, publicadas en el diario O Globo, sobre cientos
de millones de telefonemas y correos electrónicos interceptados
por la inteligencia norteamericana.
La primer declaración fue formulada el domingo por el canciller
Antonio Patriota, quien mencionó "la grave preocupación (ante)
la noticias de que las comunicaciones ; de los ciudadanos
brasileños estarían siendo objeto de espionaje por órganos de
inteligencia norteamericanos" e informó que fue citado el
embajador estadounidense Thomas Shannon.
O Globo publicó ayer otro artículo en el que se informa sobre
la existencia de una base de espionaje de la CIA y la Agencia
Nacional de Seguridad (NSA) en Brasilia, para transmitir via
satélite la información obtenida ilegalmente.
Ese centro de recolección y transmisión clandestino de datos
sería, de acuerdo con el reportaje, una de las 16 bases montadas
por Estados Unidos en todo el mundo, y contaría con un "grupo de
tareas" integrado por especialistas.
"Yo no creo que estén monitoreando en Brasil para saber el
contenido de llamadas (privadas) yo veo más un interés
político; también puede ser para espionaje industrial, por temas
de competencia, de tecnologías, creo que el tema está por allí"
observó Paulo Bernardo.
Las dos notas de O Globo fueron elaboradas con base en
papeles obtenidos por el ex agente Snowden, en los que se
consigna que ese centro de inteligencia funcionaba en 2002,
pero se ignora si aún está en operaciones.
A juzgar por lo publicado en el matutino carioca esa unidad
conjunta de la CIA-NSA sería la mayor de América Latina y allí
trabajaron no sólo agentes de inteligencia, sino miembros del
servicio exterior estadounidense.
"Desde el punto de vista de una civilización que tiene 200
años (en defensa) de la libertad esto es absurdo", comentó ayer
el ministro Bernardo, quien se reunió con la Agencia Nacional de
Telecomunicaciones, para investigar si empresas privadas
cedieron datos.
Lo informado sobre Brasil este lunes y las noticias de las
semanas anteriores acerca del espionaje en Europa llevan a la
conclusión de que "hay una gobernanza frágil en Internet… que
una legislación nueva en Brasil no soluciona el problema, esto
es un problema global", opinó el funcionario.
Internet surgió como un instrumento al servicio de la
libertad pero se puede transformar en "un instrumento de
espionaje, y eso debe ser combatido, los gobiernos no pueden
controlar a los ciudadanos… tenemos que trabajar en el ámbito
diplomático multilateral", agregó hoy el titular de
Comunicaciones.
En ese sentido señaló que Brasil impulsará la sanción en la
ONU de una normativa que regule las transmisión de datos a
través de las redes globales y fije sanciones a la violación de
la privacidad de los usuarios.
Poco antes de que Bernardo conceda entrevistas a medios
brasileños, cerca del mediodía de este lunes, el Departamento de
Estado informó que no formulará declaraciones sobre el hecho.
"El gobierno de Estados Unidos va a responder apropiadamente
a nuestros socios de Brasil por las vías diplomáticas y de
inteligencia, no vamos a comentar públicamente o dar precisiones
sobre supuestas actividades de inteligencia", señaló una nota
citada por Agencia Brasil, estatal.
"Ya dejamos claro que Estados Unidos obtiene inteligencia
extranjera (de una forma similar a la empleada) por todas las
naciones", añade el pronunciamiento originado en Washington.
Hasta el momento el gobierno de Rousseff reaccionó de forma
clara expresando su contrariedad ante la interferencia
norteamericana, pero sin emplear expresiones severas, ni
emplazar a la Casa Blanca para que se manifeste y presente
disculpas por el affaire.
No se descarta que la aparente mesura con que se ha conducido el Palacio del Planalto, exprese la decisión política de evitar un incidente diplomático grave que amenace la buena relación bilateral, a tres meses de la visita de Estado de Rousseff, la primera que realiza un jefe de gobierno brasileño desde 1995.
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