La reforma política propuesta por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, no tendrá vigencia en las elecciones generales de 2014, en las que es posible que se incluya una consulta popular para que aquella iniciativa comience a regir en 2016, se decidió en una reunión entre el vicepresidente, Michel Temer, y líderes de partidos aliados en la cámara baja.
"No hay más condiciones para realizar cualquier consulta antes de octubre, y por ello cualquier reforma que se produzca sólo tendrá vigencia para las elecciones siguientes (los comicios municipales de 2016) y no para éstas", afirmó Temer, del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (Pmdb), principal aliado del gobierno.
Según Temer, ello se debe a que el plebiscito propuesto por Rousseff
para consultar a la población sobre los temas de la reforma política no
podrá realizarse antes de octubre, como quería la mandataria para que
pudiese entrar en vigor en las elecciones presidenciales y legislativas
de 2014.
El vicepresidente agregó, citado por la agencia DPA, que los partidos
aliados del gobierno no expresaron "ninguna duda" sobre el acierto de la
propuesta de Dilma Rousseff, pero en su mayoría sugieren que la
consulta popular se realice recién junto a las presidenciales del
próximo año.
Otro participante de la reunión, el ministro de Justicia, José Eduardo
Cardozo, aseguró que la imposibilidad de aplicar las nuevas normas en
los comicios de 2014 no representa una derrota para Rousseff, quien
había expresado el deseo de que los cambios en el sistema político
tuvieran vigencia en las próximas elecciones.
"El tema fundamental a ser destacado es que hubo un consenso en torno a
que el pueblo tiene que ser consultado y a que esta consulta tiene que
hacerse a través de un plebiscito", expresó.
Idéntica opinión expresó el vicepresidente: "El gobierno propuso el
plebiscito y la reforma política, pero sabe que esta es una tesis que
debe ser llevada adelante por el Congreso", dijo.
"Si se produce ahora o más tarde, no importa; la victoria de la tesis está consolidada", agregó.
El próximo paso del gobierno es realizar una reunión similar con los
líderes aliados en el Senado: "Si hay el mismo apoyo a la tesis, se
elaborará un proyecto de decreto legislativo que definirán la fecha y
los temas sobre los cuales se consultará a la población en el
plebiscito", dijo Temer.
Por su parte, el líder del Senado, Renan Calheiros, puso en duda la aprobación de esa propuesta en el Legislativo y alertó sobre el extenso proceso que deberá atravesar esa solicitud para sea votada de manera definitiva.
Primero, dijo, se discutirá en la Cámara de Diputados y después pasará al Senado, donde si el texto fuese alterado, volverá de nuevo para el recinto de legisladores, informó la agencia Prensa Latina.
La oposición trabaja asimismo en un proyecto propio de referendo que se estima obstaculizará los debates y afectará el ritmo de las discusiones de la propuesta de Rousseff.
La decisión final, no obstante, quedará en manos de la Cámara de Diputados, que el martes de la semana próxima instalará un grupo especial para discutir la propuesta de la presidenta.
Ese grupo de trabajo será integrado por ocho diputados, que tendrán un plazo de hasta 90 días para presentar sus conclusiones y sugerir la fecha en que sería realizado el plebiscito, si es que el plenario del Congreso decide que sea convocado.
Rousseff presentó la solicitud formal para la realización del plebiscito este martes y en su mensaje al Congreso precisó que la reforma política es una de las demandas de los "millones de brasileños que salieron a las calles" en las últimas semanas.
La mandataria elevó al Congreso sugerencias sobre cinco temas que, a juicio del gobierno, deberían ser sometidos a la aprobación popular en el plebiscito sobre reforma política.
Las recomendaciones incluyen el fin de las votaciones secretas del Congreso sobre temas como juicio político a sus integrantes; el cambio del sistema para las elecciones parlamentarias -con la adopción del voto distrital-; el fin de las coaliciones de partidos en elecciones, y el financiamiento público de las campañas políticas.
Al elevar la propuesta del gobierno, Temer enfatizó que "se trata simplemente de una sugerencia", y que le corresponde al Congreso comandar el proceso "desde su inicio hasta su final".
El plebiscito fue la principal respuesta del gobierno a las masivas protestas que sacudieron Brasil en junio, durante la disputa de la Copa Confederaciones, y que hicieron desplomarse 27 puntos porcentuales el índice de popularidad de la presidenta, quien buscará la reelección en octubre del próximo año.
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