Más de 2,2 millones de chilenos mayores de 19 años no han terminado la escuela primaria, y de estos cerca de medio millón nunca pisó un recinto educacional, según la encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen).
La reveladora cifra surge cuando los estudiantes han puesto como tema central del debate en Chile el acceso a una educación pública, gratuita y de calidad.
Según datos de la última Casen, revelados por la corporación
CreceChile (organismo no gubernamental que ayuda a nivelar
estudios para dar exámenes libres ante el Ministerio de
Educación), más de 2,2 millones de adultos no completó su
enseñanza básica, lo que equivale al 18,9 por ciento de los
mayores de 19 años en el país.
De éstos, casi medio millón de personas (445.410) no recibió
ningún tipo de estudios formales, consignó el diario El
Mercurio.
Si se considera el rango etario, el 82 por ciento de los
adultos entre 76 y 85 años mayores no completó su enseñanza.
De las personas entre 46 a 55 años, la mitad no terminó el
colegio, mientras que entre quienes tienen de 19 a 25 años, el
19 por ciento tampoco terminó su escolaridad.
De acuerdo a datos del Ministerio de Educación, cerca de 100
mil jóvenes desertan cada año del colegio, de los cuales 40 mil
vuelven a estudiar en el corto plazo, pero hay 60 mil que quedan
rezagados y no terminan su enseñanza.
Según el director ejecutivo de CreceChile, Sebastián Videla,
entre las razones, especialmente en los adultos mayores, para no
haber completado su escolaridad estaba la falta de cobertura que
había en el país (muchos colegios en las zonas rurales impartían
sólo hasta sexto básico) y las personas tenían que recorrer
grandes distancias para poder acceder a la enseñanza media.
Otros factores –que siguen vigentes hasta hoy– son el
embarazo adolescente, pues muchas jóvenes que se embarazan se
retiran del colegio para hacerse cargo de su hijo y después no
regresan; y la necesidad de trabajar, ya que jóvenes,
especialmente de familias más vulnerables, desertan del colegio
para llevar ingresos tempranamente a su hogar.
Para Videla "es demasiada gente como para que nos quedemos
tranquilos y no hagamos nada al respecto", y propició que la
meta debería ser que de aquí al año 2020 el 80 por ciento de la
población chilena adulta tenga su escolaridad completa
(actualmente es sólo el 45 por ciento), igualando a los países
desarrollados de la OCDE.
Anotó que hay una relación directa entre escolaridad de los
padres y de los hijos. Si un padre tiene la escolaridad completa
es más difícil que su hijo deserte del colegio, ya que hay un
mayor compromiso con la educación a nivel familiar.
Al referirse a estos datos, el especialista del Laboratorio
Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación de
Unesco, Moritz Bilagher, comentó a ANSA que "Chile ha aumentado
sus ambiciones" en materia educacional y aseguró que ha habido
avances "notables".
Explicó que el hecho de que las tasas de menor participación
y conclusión de la escuela afecten a los grupos de mayor edad,
"se explica por el esfuerzo significativo que Chile ha
desarrollado en los últimos años para ampliar el acceso a la
educación para todos y disminuir la deserción escolar".
Destacó que Chile tiene alfabetización casi universal, una de
las metas de Educación para Todos, la cual se espera será
alcanzada plenamente al 2015.
Para Bilagher, "Chile ha aumentado sus ambiciones y
expectativas educativas, lo que genera una dinámica muy positiva
para seguir avanzando hacia las Metas de Educación para Todos
(EPT)” y subrayó el aumento progresivo en las tasas de
participación y conclusión de educación básica y secundaria.
"La tasa bruta de matrícula en educación terciaria se ubica
entre los países con mayor acceso en la región (44% según datos
SEIS, 2012; Centro de Estudios), y con más crecimiento en los
últimos 10 años, período durante el cual más que se duplicó el
número de alumnos en ese nivel, sobrepasando el millón de
estudiantes en 2012 (1.127.181 versus 452.325 en el año 2000).
Así, Chile está entre los países de la OCDE con más alto aumento
de participación en educación a nivel superior", puntualizó.
Para ilustrar mejor, mencionó: el 27 por ciento de personas provenientes del 10% de ingreso más bajo participan en educación terciaria, mientras el 91 por ciento del 10% de ingresos más alto, también participan en este nivel. En el años 2000, solamente el 7 por ciento de personas del 10% de población con ingreso más bajo participaban en este nivel. Además, "es notable que un 75% de estudiantes en educación superior son de la 'primera generación', es decir que sus padres no accedieron a este nivel de estudios", completó el especialista.
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